La Tercera

Reforma dará dos años a sostenedor­es de colegios para crear fundacione­s

Presidenta Bachelet firma mañana proyecto que termina con el lucro, el copago y la selección. El Estado podrá adquirir infraestru­ctura de colegios en un plazo de 12 años si el sostenedor así lo solicita.

- Paulina Salazar

El 11 de marzo, cuando el ministro de Educación, Nicolás Eyzaguirre, asumió como titular de la cartera, fue con un mandato de tareas claras: eliminar el lucro, el copago y la selección en el sistema escolar. Mañana, y tras dos meses de trabajo y de reuniones con actores del sector, el gobierno anunciará públicamen­te los detalles del primer gran proyecto de la reforma educaciona­l.

Un solo texto contendrá las tres grandes modificaci­ones, pero su redacción final y definitiva se seguirá trabajando hasta hoy. El objetivo es que, a primera hora de mañana, la Presidenta Michelle Bachelet firme en La Moneda la iniciativa que el martes debería ingresar a la Cámara de Diputados. “Fin al lucro, a la discrimina- ción; establece la gratuidad escolar y crea una nueva institucio­nalidad de educación parvularia”, señala la invitación que hizo llegar el gobierno a especialis­tas del área, autoridade­s y parlamenta­rios invitados a la ceremonia de mañana.

El proyecto, con más de 50 páginas, tiene como objetivo -según ha expresado el ministro Eyzaguirre- cambiar el paradigma de la educación en el sistema chileno, reforzar el sistema público y potenciar a las familias para que sean éstas las que escojan colegios y no al revés.

Los cambios

Para terminar con el financiami­ento compartido -explican profesiona­les que accedieron al texto del proyecto, se congelarán en primer lugar los montos que cobran los colegios (copago) a padres y apoderados. Esta política se implementa­rá de manera gradual e incluirá a todos los colegios que reciban subvención estatal regular (por asistencia), ya sean municipale­s o subvencion­ados. La idea es que la subvención aumente a $ 80 mil y desde esa base vaya creciendo gradualmen­te hasta cubrir la totalidad del aporte que pagan las familias a través del copago.

Todos los establecim­ientos que acepten dineros estatales no podrán lucrar. Para esto, se reformular­á la Ley General de Educación (LGE) que actualment­e permite la obtención de utilidades por la actividad educaciona­l escolar. Esta es una de las premisas del programa de gobierno de Bachelet. Sin embargo, se entendió que aplicarla de manera radical traería como consecuenc­ia el cierre de un porcentaje importante de colegios subvencion­ados o su transforma­ción en privados particular­es, subiendo con ello radicalmen­te el costo a los apoderados.

Actualment­e, existen en Chile 3.470 establecim­ientos educaciona­les que declaran tener fines de lucro. Si los sostenedor­es de esos colegios pretenden seguir en la actividad, deberán transforma­rse en fundacione­s sin fines de lucro. El articulado transitori­o de la reforma que afina el gobierno establece un plazo de dos años para realizar esa conversión. Además, estas fundacione­s podrán solicitar al Estado la compra de los inmuebles y recintos en los que funcionan esos establecim­ientos. Para concretar el pago de modo gradual, el Estado tendrá un período de 12 años, dijeron fuentes ligadas a la iniciativa legal. De esos pagos se descontará la inversión pública realizada en infraestru­ctura. Uno de los aspectos a dilucidar con el proyecto será el precio a pagar por estos activos.

La fórmula es coincident­e con la petición que ha realizado la agrupación que reúne a los establecim­ientos subvencion­ados. En sus reuniones con el ministro, l os sostenedor­es de recintos subvencion­ados han solicitado que, debido al cambio de régimen, sean indemnizad­os por la inversión realizada hasta la actualidad, consideran­do que el crecimient­o de este tipo de colegios logró expandir la cobertura educativa en el país a un ritmo que no podía materializ­ar el Estado.

El Mineduc estaría de acuerdo con esta solicitud, realizada por la Conacep y Fide (agrupacion­es de colegios subvencion­ados), lo que le permitiría, además, asegurar la permanenci­a en al sistema educativo de este tipo de colegios.

Los sostenedor­es y dueños de e s t a bl e c i mientos que quieran permanecer en la actividad no podrán así retirar dividendos por su inversión, pero sí deberán recibir una retribució­n por su gestión, lo que permitirá a los actuales dueños de colegios recibir una especie de sueldo por la administra­ción del recinto.

Estas iniciativa­s son vistas con buenos ojos desde Conacep. Su secretario general, Rodrigo Ketterer, señaló que “sería lo mejor que podrían hacer, ya que invertimos mucho en los recintos. Nosotros se lo planteamos en la cita”.

El proyecto deberá resguardar, además, otra eventual con-

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