Fin al lucro: compra de recintos para evitar cierres
En 1993 se modificó el sistema de subvención de financiamiento compartido y aumentó el monto máximo de copago permitido. Tras esto, hubo un alza en el número de colegios subvencionados, lo que permitió, además, extender la cobertura educacional en el país. Este es uno de los argumentos que explican los sostenedores de esos recintos para solicitar una compensación a la inversión hecha, ante el fin del copago.
El gobierno decidió terminar con el lucro a nivel escolar, y como una forma de evitar el cierre masivo de colegios, por falta de in- centivos económicos, el Est a do e s t a bl e c e r í a herramientas de pago para retener, bajo una figura que no sea el lucro, a los actuales propietarios. Esto se efectuaría mediante un pago relacionado con la inversión realizada y otro que apuntaría a una retribución por gestión, es decir, una especie de sueldo por administrar el recinto.
En el oficialismo también dicen que el Estado debe generar una suerte de poder de compra, ya que habrá que adquirir los recint os y su i nf r a e s t r uct ura para evitar sus cierres e impedir que alumnos se queden sin matrículas.