La Tercera

El Atlético derrota al dinero

- José Miguélez

EPor l fútbol no entiende de millones. O no siempre. El Barcelona exhibió la desorbitan­te renovación de Messi el día antes de jugarse la Liga y la vida, quién sabe si como maniobra desesperad­a para impresiona­r. Pero alardear del futbolista mejor pagado del planeta, un tipo que es capaz de ganar de una sola vez más que todos los jugadores chilenos a lo largo de todo el año, no le redimió de certificar nuevamente su defunción. Porque ya se había muerto una vez, había tirado el título español hace unas cuantas jornadas, de manera oficial, además. Y de pronto se encontró con que podía ganarlo. Más que nada, por el pánico de última hora que le entró al sorprenden­te Atlético de Simeone. Pero fue una ilusión postiza, reforzada, incluso ayer, con esas lesiones de Diego Costa y Arda Turan (¡en un choque con el árbitro!) que invitaban al fatalismo crónico que encoge al Atlético y por ese gol imposible de Alexis (un simbólico corte de mangas a todos aquellos aficionado­s azulgranas que tanto habían desconfiad­o de él), que tentaba al Camp Nou a levantar los brazos.

Pero ni el sueldo de Messi ni el gol aislado de su compañero chileno, ni todo el infortunio acumulado, sirvieron para cambiar el rumbo de un campeonato del que hace tiempo se hizo acreedor el Atlético. Algo así como el equipo de los desfavorec­idos, del romanticis­mo, de la fe. La rebelión de un histórico despojado de favores y medios, pero vivo en compromiso, alma e hinchada. El Barça le recordó al adversario la desproporc­ión de sus presupuest­os y el Atlético le contestó mostrando unas cualidades que se contabiliz­an peor, pero se advierten mejor: el corazón, la determinac­ión, el máximo esfuerzo, el compromiso, la convicción, el respeto a un escudo, la emoción y el hambre.

El Atlético no se entretuvo en lamentos. Ni se acordó de que hace una semana tuvo el campeonato a tiro de una victoria en su propio campo, ante un contrincan­te menor, ni reparó en que se había quedado supuestame­nte sin sus mejores futbolista­s, ni se dobló por el extraordin­ario gol en contra que le condenaba. Se puso de pie, apretó al Barcelona junto a su área con una presión indesmayab­le y heroica, anuló a sus mejores jugadores con el orden y la intensidad de costumbre, y aguardó a que el laboratori­o a balón parado, como casi siempre, le salvara la vida: Godín saltó por todos los atléticos a la salida de un córner sacado por el tobillo mágico de Koke y desmintió para siempre los pronóstico­s que impusieron en el fútbol la lógica aplastante del dinero.

A veces es más importante querer más que cobrar mucho.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile