Perfeccionar el sistema de créditos y entregar becas integrales a los estudiantes más vulnerables presenta un mayor sentido de equidad que las actuales propuestas de gratuidad universal.
EL AÑO que iniciamos será trascendente para la educación superior (ES), tanto universitaria como técnica-profesional. Se presenta el desafío de avanzar en acceso, calidad y financiamiento. Sólo de esta manera vamos a poder dar igualdad de oportunidades y cumplir con nuestra misión de aportar al desarrollo integral de las personas y de nuestro país.
En primer término, es necesario revisar el sistema de admisión y perfeccionar los mecanismos de apoyo a los estudiantes, de modo que se puedan generar las condiciones necesarias para la adquisición de competencias que les permitan avanzar adecuadamente en su desarrollo académico. Se deben corregir las deficiencias que presenta la PSU, incluyendo alinear las exigencias de la esta prueba a los requerimientos curriculares. El ranking de notas también debe perfeccionarse y aportar en inclusión con excelencia académica. Es necesario identificar nuevos componentes del sistema de admisión, con acciones que favorezcan a los estudiantes más vulnerables. Asimismo, se deben estimular los programas de inclusión y propedéuticos, consolidando las iniciativas de apoyo y reforzamiento académico.
Asegurar la calidad requiere avanzar en los mecanismos de acreditación institucional, de carreras, y en la obligatoriedad de la acreditación de las instituciones de ES. Es preciso perfeccionar los estándares de evaluación docente, recursos educacionales, infraestructura, sustentabilidad financiera, indicadores de productividad, entre otros.
Además, es importante ajustar los parámetros de acreditación al tipo de institución para poder evaluarlas bajo parámetros acordes a su naturaleza, misión y propósitos institucionales. Es importante modificar los actuales tramos de acreditación e implementar recomendaciones de mejoramiento continuo de las instituciones.
Favorecer el acceso equitativo y la permanencia de estudiantes con talento es uno de los objetivos del fi- nanciamiento público. El sistema actual de financiamiento estudiantil ofrece becas y créditos que benefician al 70% de los estudiantes más vulnerables, que cumplan con los requerimientos económicos, exigencias académicas y que estudien en instituciones acreditadas. Se deben redefinir los aranceles de referencia, para que reflejen los costos reales de la docencia, conforme los diversos niveles de calidad y complejidad de las instituciones.
Es de la máxima importancia avanzar en estos beneficios e implementar becas integrales que contemplen las necesidades de apoyo económico de los estudiantes para transporte, alimentación, materiales de estudio y alojamiento. Estas medidas van en la línea de apoyar integralmente a los estudiantes que más lo requieran y presentan un mayor sentido de equidad que las actuales propuestas de implementación de gratuidad universal.
El financiamiento público a las instituciones de ES debe estar basado en criterios de calidad, evaluando su contribución a la sociedad, conforme la naturaleza y tradición de cada institución, independiente de su propiedad. Así, los fondos deben orientarse a apoyar la calidad de la docencia, el desarrollo de la investigación de impacto internacional y la generación de bienes públicos al servicio de las comunidades regionales y locales.
Las prioridades de esta reforma a la educación superior deben centrarse en el acceso, en la calidad y en el financiamiento de todo el sistema. Esto con el objetivo de avanzar hacia el verdadero sentido de la educación: apoyar el desarrollo integral de nuestros jóvenes.