Identidades y raíces: ser mestizo en el siglo XVII
La historiadora Patricia Cerda publica Mestiza, novela sobre una mujer hija de cacique y española en el Chile colonial.
Caminaba por el Cerro Santa Lucía, observando a quienes pasaban a su lado. Hacía dos años que la historiadora Patricia Cerda (1961) había dejado Chile para realizar un doctorado en Berlín, Alemania, y esta era su primera visita al país desde entonces. Dos años que, de cierta forma, le habían dado ya una perspectiva distinta, la de alguien que mira desde fuera. Fue entonces que su mirada se detuvo en una mujer y se preguntó: ¿conocerá ella su historia, su identidad?
Han pasado 28 años desde entonces. Hoy Patricia Cerda, nacida en Concepción y actualmente radicada en Alemania, intenta responder esa pregunta a través de su primera novela, Mestiza, publicada por Ediciones B. El relato centra su mirada en la historia de Animallén – también llamada doña Marina, una mestiza del siglo XVII que, a los 70 años, escribe sus confesiones.
“No soy ni fui nunca de aquí ni de allá. India para los españoles, española para los indios”, se lee en el libro, donde la protagonista da cuenta de una vida marcada por su origen. Hija de una española y un cacique mapuche, Animallén, desde que es tomada cautiva en su natal Lanalhue y llevada a vivir entre los españoles, vive dividida entre dos pueblos, que, a su vez, irán conformando una nueva cultura. “El siglo XVII es el siglo en que la cultura chilena empieza a formarse. Después de tres o cuatro generaciones desde La Conquista, el Reino de Chile ya comienza a convertirse en algo nuevo, lo que está marcado por el proceso de mestizaje”, dice Patricia Cerda a La Tercera. La autora, quien vino al país a presentar su libro, investigó en torno a la época colonial en América durante sus estudios de historia en Chile y Alemania, los que plasmó en la novela.
El personaje de Animallén o doña Marina muchas veces tiene que esconder su condición de mestiza. ¿Cómo ve ella este mestizaje y cómo era tratado éste en el siglo XVII? Animallén es especial para su siglo, porque ella es una mujer muy consciente de la separación que hay en el Reino de Chile entre españoles e indios. En ese entonces los mestizos eran rechazados, porque la corona española no quería que las dos repúblicas se mezclaran. Entonces los mestizos reaccionaron a esa marginación con vergüenza de su origen: a nadie le gustaba ser mestizo, porque significaba ser ilegítimo, reprobado, etc. Pero ella tiene mucha fuerza y dice “yo soy mestiza, y es bueno. Yo soy española como mi madre e india como mi padre, y eso está bien”. Al igual que Animallén, Ud. ha vivido entre dos mundos, Chile y Alemania. ¿Es esta historia también la suya?
Sí, hay paralelos entre Animallén o doña Marina conmigo, porque ella cuenta su historia ya como mujer madura desde Sevilla y yo cuento su historia desde Alemania. O sea las dos tenemos la distancia hacia Chile, la cual es importante, porque gracias a ésta se diluyen muchas cosas y queda solamente lo esencial, que es lo que somos como cultura nación.
En la novela también cuenta varios eventos de la época, como el terremoto de 1647. ¿Cómo fue abordar estos hechos desde la ficción?
Fue la historia en sí, la historia como yo la aprendí en la universidad, la que me fue dando la pauta. Y eso fue muy interesante, porque hubo una coincidencia entre el personaje que yo intuí y los hechos reales. Porque al final las trampas que le tenía que poner la vida a doña Marina realmente están ahí, en la historia, yo sólo tuve que rescatarlas.b