Agresión verbal de diputado
Señor director:
A más de dos semanas de la interpelación a la ministra de Justicia, ocasión en que vimos con estupor que uno de los diputados denostó groseramente a las mujeres dirigentes que se encontraban en las tribunas, con la frase por todos conocida y que no transcribiremos por no estar a la altura de nuestras acciones y declaraciones, nos parece inconcebible el silencio cómplice de muchos ante tal agravio.
Si bien la actitud soez del diputado Marcelo Schilling es del todo repudiable, también lo es la pasividad del presidente de la Cámara de Diputados, Osvaldo Andrade, y de sus pares legisladores. Resulta curioso que tanto mujeres como hombres del mundo político -muchos de ellos que opinan abundantemente sobre el acoso callejero y otros temas relacionados con el machismo en Chile -, hayan pasado por alto una situación tan grave.
Al parecer a la clase política aquellos improperios y esta forma de relacionarse les son familiares, por cuanto no ha habido la condena fuerte que amerita.
Consideramos muy alarmante para la convivencia respetuosa, que las tibias disculpas, con tono poco genuino del honorable señor Schilling, basten y sobren para olvidar un incidente tan vejatorio, que está lejos de ayudar a combatir las conductas machistas en nuestro país.