Sistema de reparto explica parte del deterioro fiscal de Brasil
El gasto público en jubilaciones pasó desde 4,6% del PIB en 1995 a 6,7% del PIB en 2014, según Bradesco BBI. Sin una reforma, el banco proyecta que los beneficios subirían en promedio 4,4% anual en los próximos 10 años.
El fin del súper ciclo de las materias primas golpeó a diversos países emergentes exportadores de recursos naturales, pero fueron pocos los que se vieron más afectados que Brasil, ya que este proceso ha destapado los serios desequilibrios macroeconómicos que se acumularon durante años y que, según el banco Bradesco BBI, explican la “debacle económica” que vive actualmente la potencia sudamericana.
Una de las razones del aumento considerable del déficit fiscal y la deuda pública es el régimen de jubilación de reparto. “Creemos que los principales factores detrás de los desequilibrios estructurales en las cuentas fiscales de Brasil son el déficit en el sistema de seguridad social y la rigidez estructural de los gastos fiscales”, aseguraron en un informe los analistas de Barclays.
Esta visión es compartida por sus colegas de Bradesco, quienes en un reporte sostuvieron que “los desequilibrios del sistema de pensiones son un importante componente absoluto del déficit general y, en el margen, un elemento fundamental del deterioro de la dinámica de los requerimientos de endeudamiento del sector público”.
El estudio detalló que los pagos en el régimen general de retiro, que incluye principalmente a los empleados del sector privado, se dispararon desde 32 mil millones de reales (4,6% del PIB) en 1995 a 380 mil millones de reales (6,7% del PIB).
Cambios necesarios
A juicio de Bradesco, cualquier intento de ajuste –como la medida de limitar el gasto del gobierno a la inflación del año anterior– será “infructuoso” si no va acompañado con una “firme” reforma previsional.
Según el banco, la nación debe implementar una reforma en el mediano plazo porque, de lo contrario, el desembolso del sistema general tendrá una tasa de crecimiento anual compuesto de 4,4% en la próxima década.
“Eso podría no parecer como mucho, pero requeriría un recorte draconiano de casi 38% de todos los otros gastos, que va más allá del terreno de la imaginación”, acotaron.
Esta alza de 4,4% anual probablemente provocaría que el ratio beneficios/PIB se incremente desde 7,4% en 2015 a 9,3% en 2026.
Los economistas estiman que la reforma debe abordar tres desafios: elevar la edad de jubilación, establecer criterios de transición para los trabajadores que se acercan al retiro y desconectar los beneficios de los ajustes al salario mínimo.b