Es, ni duda cabe, el mayor conflicto social de los últimos 10 años y de consecuencias definitivas para el gobierno, pues el conflicto puso en entredicho el Estado de derecho y el futuro político de Evo.
Las muertes, aún no totalmente esclarecidas, también restringen aún más
la posibilidad de la candidatura y reelección de Evo en las elecciones 2019.
emergencia en las Fuerzas Armadas y el conflicto será derivado a la justicia ordinaria.
Rodolfo Illanes es una víctima discreta y una señal de los límites que son capaces de transgredir los mineros, poco comparado con lo que podrían hacer en el futuro. Las muertes, aún no totalmente esclarecidas, también restringen aún más la posibilidad de la candidatura y reelección de Evo en las elecciones 2019. Las clases medias urbanas que apoyaron el “proceso de cambio”, víctimas colaterales del conflicto, se distancian con estos acontecimientos y con la radicalidad de los movimientos sociales. Los mineros no lograrán más concesiones de las que obtuvieron hasta ahora del gobierno de Evo. Son una fuerza social latente y explosiva, que como en el pasado y en varias latitudes son capaces de inmolarse por sobrevivir o por intereses que defienden con ferocidad, los cuales deberán ser tomados en cuenta por el actual y próximo gobierno, si quieren estabilidad.
Por todo lo anterior, la víctima discreta del conflicto, Rodolfo Illanes, el “héroe de los recursos naturales”, cierra y abre nuevos escenarios en la política boliviana y continental.