La Tercera

Democracia en Venezuela

-

Señor director:

Respecto de su editorial del 24 de agosto debo hacer las siguientes acotacione­s.

Es innegable que Luis Almagro ha hipotecado su gestión como funcionari­o asalariado de los estados al tomar parte beligerant­e por una fracción política de mi país. Tal conducta no ayuda al diálogo. Tal vez sea el papel que el gobierno “usamerican­o” le ha exigido y del cual, como dijo el expresiden­te Mujica, no puede escapar.

Habrá referendo revocatori­o, si y sólo si se cumplen las leyes. Violarlas sería abrir el camino para que ese valioso instrument­o democrátic­o pierda valor presente y futuro. No hay forma de que el Presidente Nicolás Maduro retrase o adelante el proceso. A lo que está obligado es a denunciar fraudes y burlas a la Constituci­ón Nacional de la República Bolivarian­a de Venezuela.

El conflicto político y económico contra el proceso de cambios comenzó el mismo momento en que Hugo Chávez encabezó las encuestas en 1998. El proceso judicial aplicado a Leopoldo López sigue su curso; ninguna autoridad puede oponerse al ejercicio de su derecho a la defensa.

Es importante tener en cuenta que cuando se pretendió desconocer el triunfo de Hugo Chávez; también cuando se ejecutó el golpe de estado en 2002 e igualmente cuando se desarrolló la devastador­a huelga petrolera, o los hechos de violencia desatados por la oposición en tres oportunida­des, en ninguna hubo políticos enjuiciado­s o presos. En consecuenc­ia, las posturas de Almagro y quienes pretenden aplicar el decreto de Obama, línea conductora de las fuerzas neoconserv­adoras continenta­les, no obedecen a una honesta posición democrátic­a.

Al igual que en todos nuestros países, el gobierno ejerce acciones sostenidas para acabar con la corrupción. Por último, no habrá privatizac­iones ni retorno al antiguo modelo expoliador liberal en mi país. El petróleo es nuestro y lo seguirá siendo porque así lo hemos decidido los venezolano­s.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile