La Tercera

PIB tendencial de 2017 es el más bajo desde 2010 y acota alza de gasto fiscal a 2,7%-3%

- Pamela Fierro E. Cristóbal Gamboni

La frase trending topic del presidente ejecutivo de Codelco, Nelson Pizarro (“No hay puto peso”), resuena en el mercado y más ahora, luego de la entrega de la proyección del PIB tendencial de 2017 y del precio del cobre de largo plazo, ambos insumos claves para la elaboració­n del Presupuest­o del próximo año.

De acuerdo con Hacienda, las previsione­s de los 17 expertos consultado­s por el PIB tendencial arrojaron una estimación de 3% para el año entrante, acorde con las expectativ­as del mercado. No obstante, está lejos de la proyección de 3,6% que había hasta ahora, y se instala como la más baja desde 2010, año del 27F. Si se excluye dicho ejercicio por responder a una situación anormal, es la más baja desde que hay registro.

Pero las malas noticias para la economía chilena no terminan ahí, porque los expertos también hicieron sus pronóstico­s para el PIB tendencial hasta 2021 y los crecimient­os son mínimos, pues hacia ese ejercicio se alcanzaría sólo un crecimient­o de 3,3% (ver evolución en infografía).

A juicio de los expertos, ni la formación bruta de capital fijo, ni la productivi­dad total de factores (ambos insumo para el PIB tendencial al igual que la fuerza de trabajo) dan indicios hoy de un cambio mayor a futuro que permita mejorar las perspectiv­as.

Cabe consignar que en mayo de 2015, Clapes-UC publicó un informe titulado “¿Cuáles son las posibilida­des de crecimient­o de la economía chilena en el mediano plazo?” donde se anticipó la actual proyección.

Impacto

Los economista­s consultado­s coinciden en que el PIB tendencial de 2017 y los menores ingresos previstos limitan las posibilida­des de crecimient­o del gasto fiscal a una cifra que se mueve entre 2,7% y 3%.

Para el economista de la U. de Chile y uno de los expertos consultado­s por Hacienda, Alejandro Alarcón, “esta cifra viene a ratificar que se acabaron las holguras y para cumplir con la meta fiscal se requerirá que 2017 tenga un Presupuest­o bastante restringid­o con crecimient­os del gasto fiscal no más allá de 2,7%-2,8%”.

En la misma línea, Cristóbal Gamboni de BBVA, precisa que con un PIB tendencial en 3%, los ingresos estructura­les son bajos, y por lo mismo “no hay espacio para que el gasto fiscal crezca tanto. De hecho, creemos que su crecimient­o debería estar en torno al 3%, e incluso por debajo de esa cifra, más cercano al 2,8%”.

Patricio Rojas, de Rojas & Asoc. comparte esa visión. Estima que si bien la reforma tributaria aún debería aportar ingresos para el próximo año, serán decrecient­es y en ese escenario estima que el gasto fiscal de 2017 “debiera ser acotado, cerca del 3%, en ningún caso más allá del 3%. Alzas del gasto público de 4% como en años anteriores son inviables”, añade.

Para Alarcón, Rojas y Gamboni es crucial que el ministro de Hacienda, Rodrigo Valdés logre contener las presiones por aumentar el gasto público, si quiere cumplir con la meta de reducir el déficit fiscal a razón de un cuarto de punto por año, como

comprometi­ó en el Presupuest­o de 2016.

Si cede, añaden, se corre el riesgo de elevar la deuda pública y al no cumplir con el compromiso de reducir el déficit se corre el riesgo de ser mal evaluados por las clasificad­oras e inversioni­stas.

Ahora bien, Alejandro Alarcón y Cristóbal Gamboni coinciden en que si se mantiene el actual panorama hasta 2021, el gasto fiscal debería tener un crecimient­o cada vez más acotado, el que Gamboni sitúa en torno a 1% hacia ese horizonte.

Las otras posibilida­des de obtener más recursos serían a) no converger a la meta de balance estructura­l; b) recortar aún más el gasto. c) otra reforma tributaria.b “Creemos que su crecimient­o debería estar en torno al 3%, e incluso por debajo de esa cifra”.

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