Tiemblan las bancas
Sebastián Beccacece y Mario Salas buscan darle un giro a sus complicados presentes. El argentino llega renovado con el aval de dos victorias en línea. El Comandante, con la tropa revuelta.
Dicen que la vida te puede golpear y que, de un momento a otro, puedes pasar de la alegría al llanto. O viceversa.
Hace 17 días, el directorio de Azul Azul analizaba, con preocupación, la triste campaña de Sebastián Beccacece. Los resultados no lo acompañaban y los hinchas hicieron latente su molestia. Quizás, el mejor reflejo del descontento popular, fue la pifiadera nunca antes vista, durante el proceso del rosarino, que le propinaron los hinchas en la igualdad ante Antofagasta. En la posterior conferencia de prensa, el DT estuvo cerca de quebrarse ante las cámaras. Se le veía mal y sus más cercanos así lo reconocieron. En la otra vereda, Mario Salas caminaba con tranquilidad por San Carlos de Apoquindo. No había hincha que no le agradeciera la undécima estrella, que demoró cinco años en llegar a las vitrinas de Las Condes. Tener una foto con el Comandante estaba de moda.
Sin embargo, en menos de 15 días, la vida de ambos tuvo un giro radical. Uno pasó de las pifias a la aceptación. Otro, derechamente, a generar rechazo entre los fanáticos. “¡Salas ya se va, ya se va!”, entonaron los doce mil forofos que presenciaron el fracaso cruzado en la Copa Sudamericana, ante Real Potosí.
Hoy, en el Nacional, irán por el mismo objetivo: ganar crédito en sus respectivas bancas. Uno, para comenzar a consolidarse, mientras que el otro necesita urgentemente retomar la confianza inicial.
La U, ante su gente, quiere sumar su tercera victoria consecutiva. De paso, seguir consolidando la idea de Beccacece, que tanto recelo ha generado desde que asumió la banca estudiantil. “No sé si este es mi mejor momento en la U, veremos mañana (hoy)”, contestaba un Beccacece renovado, más relajado que de costumbre.
La gente azul, al parecer, dejó atrás los malos momentos. Los olvidó, En el banderazo hubo aplausos para Beccacece, quien no se cansó de motivar a sus dirigidos, con el ruido del bombo, de fondo. A tal punto llegó su admiración por los hinchas que, una vez finalizada la práctica, posó con su cuerpo técnico para retratar el emotivo momento con la parcialidad.
En la otra vereda, el ambiente es totalmente opuesto. Universidad Católica, de visita, intenta levantarse. Un panorama inesperado para un equipo que solo sabía de abrazos y cuyos objetivos esrigentes de rendimiento registra Sebastián Beccacece durante la presete temporada. Anota dos victorias, dos empates y una derrota. de rendimiento anota Mario Salas durante el Torneo de Apertura 2016. Registra tres empates y una derrota. taban puestos en un histórico bicampeonato y una destacada participación en la Copa Sudamericana. Las últimas determinaciones de Mario Salas confunden a todos. A sus jugadores, a los di- y a los propios hinchas. Ante los azules, dejó fuera de la citación a Jaime Carreño, Christian Bravo y Carlos Lobos, lo que generó la ira de los hinchas de la UC. El juvenil Carreño es uno de los canteranos que más admiración despierta entre la parcialidad cruzada, sobre todo por su contribución al último título. “Mañana (hoy) voy a estar con la mejor disposición apoyando a mis compañeros, ojalá salgamos victoriosos y sigamos sumando”, decía un resignado Carreño.
Mario Salas no lo pasa bien y lo asume, con hombría. “No hemos empezado como hemos querido. Nos ha faltado algo y eso estamos trabajando (…) Este es el momento más difícil que he tenido desde que estoy en el fútbol”, confesaba. Para peor, su renovación está congelada.“Después de ganar el campeonato, se habló el tema de la renovación, pero no de manera formal. Ahora el asunto no se ha vuelto a tocar”, indica a La Tercera un colaborador cercano a Salas.
El cliché clasiquero indica que en este tipo de enfrentamientos los antecedentes quedan de lado. Sin embargo, lo que está claro, es que ambos técnicos buscan que sus bancas dejen de temblar.
En el Apertura 2016
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Estadística en el clásico universitario
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