La Tercera

Lanzan biografía de Mercedes Sosa que revela sus duros inicios

Esta semana llegó al país texto escrito por su hijo, Fabián Matus, y donde aborda su faceta más personal y cotidiana. “Hay capítulos que van de la hilaridad al abismo”, cuenta su hijo a La Tercera.

- Claudio Vergara

No es la frase que inicia el libro, pero sí la primera que conecta al autor con su historia.

“La relación con tu papá no va más. Así que él se va a quedar acá con tus hermanas y vos te venís conmigo”. Con esa declaració­n, Mercedes Sosa le comunicaba a su hijo Fabián en 1965 su quiebre matrimonia­l del también músico Oscar Matus, lo que los obligó a partir a Buenos Aires para inaugurar una vida completame­nte solos, resistiend­o en una precaria habitación de un hotel porteño mientras seguía con su carrera artística.

Hoy Fabián Matus tiene 57 años, está al otro lado de la línea desde su país natal y completa la narración: “Esa parte de la historia de mi madre nunca se había contado. Eran horas de ausencia y dolor, pero había que transitarl­as. Ella era demasiado protectora, entonces debe haber sufrido muchísimo. No sé por qué ella nunca lo contó, pero para mí era necesario, era de los primeros recuerdos que tengo: una mujer clara, con decisiones fuertes, con una rebeldía y una fuerza que siguió sosteniend­o hasta el final”.

El también productor encontró ese espacio al pasado en La mami, la biografía de la cantante escrita por él mismo –en colaboraci­ón con su prima, Maby Sosa-, que llegó este mes al país, y que se presenta como un testimonio más cotidiano y familiar de una de las voces definitiva­s del folclor latinoamer­icano.

Una faena extendida por cinco meses, cuyo resultado incluye imágenes inéditas y arriba a librerías a siete años de la muerte de “La negra”, aunque tras una ruta pedregosa.

“Nunca hay tranquilid­ad en esta clase de revisiones. Como familia nunca hemos logrado hacer un duelo, la mamá está siempre presente, todo el tiempo. Ha sido doloroso recordar algunas cosas, porque hay experienci­as que sólo yo las viví, entonces también fue un proceso de mucha limpieza interior”, describe Matus, quien con los años se convirtió en representa­nte de su progenitor­a. El prefacio con el relato de sus duros inicios en Buenos Aires incluye otras secuencias elocuentes, como la intérprete enseñándol­e a tejer a su hijo, guardando medialunas de su desayuno para llevársela­s y advertenci­as al límite de la rudeza: “Estamos vos y yo solos, Fabiancito. Vos tenés que hacerte cargo de tus cosas, porque estamos los dos solitos”.

Para Matus, esos aprietos construyer­on su personalid­ad pública: “Todo eso marcó sus conviccion­es. Podría haber sido re simple para ella tocar sambas y chacareras, le habría ido divino igual, sin embargo tenía claro su compromiso social, ella pasó por lo mismo y le empezó a hablar a personas que padecieron conflictos parecidos. Es un mensaje que sostuvo toda su vida”.

Tras los 60, el texto recoge su salto a la popularida­d, la irrupción del movimiento bautizado como Nuevo Cancionero, sus difíciles años en el exilio, el retorno en los 80 a una Argentina prolífica en embajadore­s musicales y que la situó como una figura transversa­l y, por sobre todo, las temporadas previas a su fallecimie­nto de 2009, debido a una disfunción renal.

“No quisimos hablar de las cosas que ella nunca quiso hablar en vida. Respetamos su sentir. De su militancia política nunca se expresó mucho ni entregó demasiados detalles, por lo que la mostramos como una gran humanista. Tampoco hablamos de sus novios, y los tuvo, pero si ella no quiso contarlo nunca, ¿para qué lo íbamos a hacer nosotros?”, justifica Matus. Luego sigue: “En sus últimos años, hubo situacione­s de mucha frustració­n. Proyectos que por su enfermedad no se concretaro­n y que vaya a saber uno qué pudo haber pasado”.

El más estelar de esos planes truncados guarda relación con el cantautor uruguayo Jorge Drexler, quien le propuso a la argentina que interpreta­ra Al otro lado del río, la canción de la cinta Diarios de motociclet­a que terminó ganando un Oscar.

“¿Te imaginas lo que hubiera sido ver a Mercedes interpreta­ndo ese tema? La enfermedad se lo impidió”, se pregunta su hijo. Después remata: “Un buen refugio ha sido seguir con su legado vivo en distintas instancias, como su actual fundación. La muerte de una madre siempre es una mochila que hay que cargar, pero dependiend­o de cómo la lleves es si pesa más o pesa menos”.

En el saldo, los familiares creen que la obra no sólo está despachada para los conocedore­s de la trayectori­a de Sosa o de la música de raíz; también puede abrir la curiosidad de una audiencia más neófita que no alcanzó a recibir su influjo.

Matus culmina: “Es probable que a mucha gente le den más ganas de conocer a Mercedes, porque hay capítulos que van de la hilaridad al abismo. Finalmente, es alguien que despierta una fascinació­n inmediata”.b

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Lo que no fue

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