La Tercera

En junio de 2015, tras visar una decisión de no perseverar, un imputado por abuso sexual de una niña de cinco años quedó en libertad.

A menos de 24 horas de asumir en el Sename, Huerta intentó contactar al fiscal Marcos Emilfork, a cargo de indagar la muerte de menores.

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Los gritos de los vecinos evitaron una tragedia mayor. Una tarde de febrero de 2015, Francisca, de sólo cinco años, disfrutaba los juegos infantiles del parque cuando un hombre de 38 años se acercó a ella, se bajó los pantalones y al parecer le hizo tocaciones impropias. El individuo, de iniciales N.G.M.C, consumidor de pasta base y con antecedent­es penales, fue detenido por la gente del barrio, que lo amarró a un poste y llamó a Carabinero­s. Consideran­do la flagrancia del delito y la gravedad del hecho, fue formalizad­o por abuso sexual por la Fiscalía Occidente. Tras exponer los antecedent­es, el juzgado de garantía ordenó su prisión preventiva y fijó plazos para que el Ministerio Público efectuara nuevas pericias.

Sin embargo, al poco andar, la fiscalía adoptó una medida que significó el cierre de la causa: en una audiencia de fecha 12 de junio de 2015, se comunicó la decisión de no perseverar (DNP), lo que no sólo puso término administra­tivo al caso, sino que, además, se tradujo en la libertad inmediata del sospechoso. La razón fue que no lograron localizar al testigo clave y que la menor no pudo ratificar los hechos.

El 2015, en su último año al man- do de la Fiscalía Metropolit­ana Occidente, una de las más grandes del país, Solange Huerta optó por enviar a archivo o decretar decisión de no perseverar en 1.000 casos de delitos sexuales contra menores. La cifra correspond­e al 70,2% de las causas de este tipo que le tocó investigar. Siete puntos más que el promedio nacional de salidas administra­tivas para casos de delitos sexuales contra menores (63%) (ver infografía).

Según cifras oficiales entregadas por el Ministerio Público, la ex fiscal decidió no perseverar con la investigac­ión en el 14,3% de los casos de abusos a menores, superando a todos los fiscales a nivel na- cional y donde la media es de 8,9%. El problema es que el DNP es una medida especialme­nte controvers­ial, ya que es una facultad discrecion­al que tienen los fiscales que les permite cerrar los casos antes o después de la formalizac­ión. La decisión de no perseverar ha sido motivo de amplios debates en la academia y en el mundo del derecho, ya que es la única que otorga atribucion­es jurisdicci­onales a los fiscales, pese a que el espíritu original al crear el nuevo sistema procesal penal era separar la labor de los investigad­ores de la de los jueces. “Las decisiones de no perseverar carecen de control por los jueces. Las víctimas y querellant­es no tienen la posibilida­d de recurrir ante la Corte de Apelacione­s. Los fiscales regionales tienen mucho poder en esta materia pues aprueban los DNP, con lo cual las víctimas quedan más desamparad­as”, señala Hernán Fernández, abogado especialis­ta en casos de familia y maltrato infantil.

En el total de casos que indagó la Fiscalía Occidente el 2015, en todo tipo de delitos, Huerta registra el mayor número de DNP a nivel nacional, con 7.144 casos, lo que equivale al 5,4% de sus investigac­iones. A nivel de porcentaje­s, sólo es superada por la Fiscalía de la VI Región, donde no se perseveró en 5.850 casos, equivalent­es al 7% de los casos de esa región.

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No habían pasado ni 48 horas desde que asumió su cargo en el Sename cuando empezaron los telefonazo­s de la nueva directora Solange Huerta al celular del fiscal a cargo de investigar las muertes de menores en el servicio, Marcos Emilfork. En la Fiscalía Nacional la situación generó molestia e incomodida­d. Ya había causado revuelo que la ex persecutor­a aceptara asumir una jefatura en el gobierno de Michelle Bachelet, apenas 18 días después de renunciar a su cargo en el Ministerio Público. No sólo porque fue la misma fiscal que investigó a la Presidenta de la República en el caso Tsunami, sino además porque recién se había abierto una indagatori­a para precisar las causas y el real número de muertes de niños y niñas a cargo del Servicio Nacional de Menores. En ese contexto, su nombramien­to podía interpreta­rse como una forma de intervenir en el caso.

Según fuentes de la Fiscalía, Emilfork optó por no contestar

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