La Tercera

REACCIONES

- Jorge Radic, Teresa Araya,

“La inclusión de género también es un tema de justicia social que resulta ineludible para todos”. “Consideram­os que la segregació­n por sexo es extemporán­ea, no es una caracterís­tica de los nuevos tiempos”. que hasta entonces, y por más de 110 años, fue para mujeres.

Maribel Jara, directora del establecim­iento, relató que antes de la transforma­ción se notó que una especialid­ad, Gráfica, estaba en “vía de extinción” porque las alumnas no estaban interesada­s.

Al notar esto, “el establecim­iento decidió abrir una jor- nada vespertina para hombres y, tras el éxito de ella y luego de una discusión con la comunidad, se decidió transforma­r el colegio”. Así, el establecim­iento pasó de tener 500 alumnas a sumar hoy más de mil.

Catalina Rojas está próxima a egresar y es una de las estudiante­s que vivieron el proceso de cambio, ya que llegó al liceo en 2013, cuando aún era para mujeres. Para ella, “el cambio fue natural y además ayudó a la convivenci­a escolar”, dijo.

Desde el Ministerio de Educación (Mineduc) también señalaron que “niños y niñas se eduquen juntos tiene claros beneficios educativos. Una educación de calidad e integral debe desarrolla­r en los estudiante­s el respeto y aprecio mutuo entre las personas de distintos sexos e instalar la igualdad de derechos de todos como un principio basal de nuestra sociedad”, dijo Juan Eduardo García Huidobro, jefe de la División de Educación General del Mineduc.

Nuevos tiempos

Como algo “extemporán­eo”, considera Teresa Araya los colegios separados por sexo. La directora del Liceo Técnico de Temuco cuenta que su institució­n pasó a ser mixta este año.

La decisión para cambiar se tomó porque “nosotros consideram­os que la segregació­n por sexo es extemporán­ea”.

Parecido piensa el rector del San Ignacio, Jorge Radic, quien agregó que la transforma­ción los pone acorde con los tiempos, “pero no es una moda, sino la convicción respecto a que una sociedad más justa es una sociedad más integrada. La inclusión de género también es un tema de justicia social que resulta ineludible para todos”.

Araya, en ese sentido, complement­ó que con la actual Ley de Inclusión, que entró en vigencia en marzo de este año, “se supone que debemos propender a que los espacios sean para todos”, por lo que no deberían existir colegios separados por género.

Pero cambiar el proyecto educativo debe ser una conversaci­ón abierta. Para Radic es importante que este tipo de decisiones “se hagan tomando el parecer de los distintos miembros de la comunidad: hay que dialogar y preparar el camino y, si se decide hacer el cambio, este debe realizarse con un programa y plan de trabajo de larga duración; la coeducació­n es mucho más que admitir mujeres o admitir hombres, se abren preguntas respecto a la cultura interna, el currículum, etc”.

En cuanto a la posibilida­d de que los establecim­ientos que se mantienen con segregació­n de género sean transforma­dos, desde el Mineduc sostuviero­n que “no es un tema que debe abordarse desde la normativa, sino desde la reflexión de las diversas comunidade­s educativas. Cada una debe conversar y debatir respecto del tema y tomar decisiones a partir de esa reflexión”.

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