La historia del hombre que generó la ola de furia racial en Charlotte
Según su familia, Scott tuvo un accidente en 2015 por lo que
“tenía problemas en el cerebro”.
“¡Más les vale que esté vivo!”, se escucha decir en un video a la mujer de Keith Lamont Scott, el afroamericano de 43 años que murió a manos de la policía en Charlotte, Carolina del Norte, el martes pasado. Las imágenes, dadas a conocer ayer por el abogado de la familia, fueron grabadas por su esposa, Rakeyia, y en éstas se escucha a los agentes decirle a Scott, que se encuentra cerca de su camioneta, que suelte el revolver. “¡No tiene arma!”, grita la mujer, aunque no se alcanza a observar si el hombre tenía un libro, como sus familiares han dicho, o si efectivamente era una pistola, como reclama la policía.
El hecho generó una ola de violentas protestas. Incluso se realizó una marcha la noche del jueves pasando por alto el toque de queda, lo que reavivó el movimiento Black Lives Matter (las vidas de los negro importan).
Durante el verano, Keith Lamont Scott se quedaba en un complejo habitacional donde vivían algunos familiares y junto a su esposa —con la que llevaba 20 años casado— y sus siete hijos. De acuerdo al diario El martes Keith Scott, un afroamericano de 43 años, fue baleado por un policía en un barrio de Charlotte, en
Carolina del Norte.
Ayer la mujer de Scott reveló un video donde se muestra la escena, aunque no se alcanza a observar si es que el hombre tenía un arma.
Scott llevaba más de 20 años casado y era padre de siete hijos. Según su familia, era discapacitado luego de un accidente en 2015.
local Charlotte Observer, Scott era un hombre tranquilo y amigable que siempre era visto a las 16:30 esperando que sus hijos volvieran del colegio. “En días calurosos, como el martes, se quedaba dentro de su camioneta, en la sombra. Hacía todos los días lo mismo”, dijo al periódico una vecina del sector.
Su hija señaló a través de Facebook que su padre era discapacitado y según sus vecinos, en general lo veían con un bastón y un libro en su mano. Incluso más, su madre ha dicho que le gustaba leer el Corán.
De acuerdo a su familia, Scott estuvo a punto de morir en un accidente de tránsito el año pasado, lo que le habría dejado secuelas. “Tenía algunos problemas en su cerebro. Le provocaba que tartamudeara algunas palabras y a veces no podía recordar qué había dicho”, dijo su madre, Vernita Scott, a la cadena WCSC-TV. Antes del accidente, Scott trabajó como guardia de seguridad en un mall, entre noviembre de 2014 y octubre de 2015, según CNN.
Según CNN, en 2003 fue acusado de asalto agravado con un arma mortal y evadir el arresto tras presuntamente haber disparado a un hombre en 2002. Scott aceptó los cargos y fue condenado en 2005 a más de ocho años de prisión. Fue liberado en abril de 2011. En abril de 2015 fue encontrado culpable de manejar mientras estaba intoxicado, destaca Charlotte Observer.b