La Tercera

En última década, subsidios al 60% más pobre crecieron 5 veces más que ingresos autónomos

Casen 2015 dio cuenta del relevante impacto del aporte del Estado para superar la pobreza. Los recursos fiscales para este grupo de la población crecieron 167% desde 2006.

- Pablo Guarda V.

La reciente entrega de la encuesta Casen 2015 volvió a reflotar el debate respecto a la desigualda­d que existe en nuestro país, y también de la pobreza que aún afecta a poco más de un décimo de la población. En este sentido, cabe destacar algunos datos contenidos en la encuesta bianual, tanto respecto de los ingresos autogenera­dos por los hogares chilenos, como en relación a la relevancia de los subsidios que entrega el Estado para la superación de la pobreza.

En efecto, en la última década los ingresos generados a través del trabajo en el 60% de la población de menores recursos –a quienes se dirigen el grueso de las políticas sociales del Estado– crecieron 21,9%, pasando de $ 267.053 mensuales promedio en 2006, a $ 333.449 en la última medición. En el caso del ingreso autónomo, que considera también rentas, intereses, jubilacion­es, pensiones o montepíos, entre otros, el aumento para los primeros 6 deciles fue de 26,3% desde 2006. Esto implicó pasar a un ingreso promedio autónomo desde $ 317.439, hasta un monto de $ 404.174 en la última medición.

Ahora, mirando la evolución de los subsidios monetarios destinados al mismo segmento de la población, estos crecieron 167,8% en la última década, desde un promedio de $ 15.169 hasta los $ 38.447 en 2015. Si bien esta puede parecer una cifra muy baja, basta mirar el aporte que significa para el primer decil, donde los subsidios monetarios del Estado implicaron 41% del ingreso total en 2015. De esta manera, se puede observar que los subsidios monetarios crecieron 5 veces más que los ingresos autónomos en los hogares del 60% más pobre de la población, durante la última década. Dicho de otra forma, fue principalm­ente este incremento el que permitió que los ingresos monetarios de los primeros 6 deciles crecieran un 35,3% promedio desde 2006, llegando hasta los $ 442.621.

En este punto, cabe recordar que la línea de pobreza establecid­a en la última Casen 2015 se estableció en $ 151.669 para hogares de una persona, mientras que para el hogar chileno promedio de 4 personas, se ubicó en ingresos de $ 400.256. La línea de pobreza extrema, en tanto, se situó en $ 101.113 en el primer caso, y en $ 266.838 en el segundo.

De acuerdo con David Bravo, economista y director del Centro de Encuestas y Estudios de la Universida­d Católica, el aporte de los subsidios estatales “es exactament­e lo que está detrás de las cifras de mejora en la desigualda­d. Es la política social que está en curso”.

Con esto, recordó que desde 2008 existe el sistema de pensiones solidario, que en un principio se concentró en el 40% más pobre, y hoy ya cubre al 60% de la población. “Eso, obviamente, significó un incremento importante en los ingresos de las personas”, continuó Bravo, agregando que “también está el ingreso ético familiar, los subsidios monetarios como el del empleo juvenil, y el subsidio al trabajo de las mujeres (en los primeros 4 deciles)”. De hecho, del incremento que experiment­aron los ingresos

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FOTO: ANDRES PEREZ La Casen situó la pobreza en 11,7% de la población.

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