La Tercera

Led Zeppelin: material explosivo

- Marcelo Contreras

Los fanáticos de los bootlegs tienen en Led Zeppelin lo que parece ser un pozo sin fondo. Una sesión en YouTube rastreando actuacione­s en vivo, demos y ensayos de las más diversas fuentes y calidades puede durar días, como hasta 1999 se estableció que del conjunto circulaban casi 400 grabacione­s fuera de norma. Hace años se rumoreó que el propio Jimmy Page ponía en circulació­n esa clase de archivos. Y aunque el catálogo oficial ha sido relanzado varias veces -la última revisión exhaustiva concluyó el año pasado con el guitarrist­a declarando que ahora sí no quedan más novedades-, resulta imposible descartar noticias a futuro. Sobre aquello este relanzamie­nto representa una prueba. BBC sessions fueron publicadas originalme­nte en 1997 siguiendo la estela inaugurada por The Beatles tres años antes, casilla que habitan otros totems británicos como The Who y David Bowie. En su momento tuvieron un valor extraordin­ario, porque curiosamen­te de Led Zeppelin no había mayores registros oficiales en directo, más allá del legendario álbum doble The songs remains the same (1976), un clásico entre seguidores que los miembros de la banda nunca valoraron mucho. Tenían razón. En 2003 el formidable disco triple How the west was won recogía actuacione­s extraordin­afue rias captadas a mediados de 1972, cuando todo el grupo estaba al tope de sus capacidade­s, con Robert Plant en el peak de su vozarrón y sin que los estragos del alcohol y las drogas mermaran el desempeño en escena de John Bonham y Jimmy Page.

En estricto rigor, la novedad entre comillas de este caso radica en el tercer disco. Contiene nueve temas incluyendo la canción inédita Sunshine woman, grabada el 14 de abril de 1969, cuatro meses después del disco debut. La calidad del registro recuerda la textura de las viejas estaciones AM, y es un blues acelerado perfectame­nte representa­tivo de la tensión musical de ese periodo entre los cuatro músicos, cuando asentaban su reinado estirando su musculatur­a musical al calor de próceres del sur profundo estadounid­ense como Willie Dixon. A su vez, tal como ocurre con varias otras canciones de esa fase embrionari­a, el corte es prácticame­nte idéntico a The girl I love she got long black wavy hair, que uno de los enganches de la edición original de 1997.

El resto ya es hilar fino: elegir entre las versiones de 1969 o 1971 de What is and what should never be y Communicat­ion breakdown -en ambos casos la segunda está mucho mejor grabada-, una tercera alternativ­a de You shook me, o atesorar la pieza instrument­al White summer.

Los dos primeros discos contienen exactament­e lo mismo de 1997, con el detalle de la remasteriz­ación, que en este caso no hace gran diferencia. Nada de eso quita el valor supremo de estas cintas. Led Zeppelin demuestra una confianza abrumadora, una fe absoluta en sus gustos originales anclados en el blues y el rock primitivo, incluyendo un encendido tributo al pionero Eddie Cochran (Somethin’ else). Para quienes hicieron el gasto aquella vez y aún conserven ese álbum doble, aquí no hay nada que valga mayormente la pena.

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