La Tercera

Arturo López-Levy

- Fernando Fuentes ACADEMICO DE LA U. DE TEXAS

Cubano de nacimiento y hoy radicado en EE.UU, Arturo López-Levy conoce de cerca al régimen isleño. Raúl Castro fue padrino de boda de sus padres, lo que le permitió desempeñar­se como analista político para el gobierno entre 1992 y 1994. Además, su madre le hizo clases a Miguel a Díaz-Canel en la universida­d. En esta entrevista con La Tercera, López-Levy, actual catedrátic­o en la Universida­d de Texas y coautor del libro Raúl Castro y la nueva Cuba, aborda los desafíos para DíazCanel.

¿Qué razones hacen pensar que Díaz-Canel es el sucesor más seguro de Raúl?

El momento carismátic­o fidelista pasó y la sustentabi­lidad del sistema político cubano dependerá en el futuro menos de las gestas heroicas que de la capacidad de generar consensos políticos viables, desempeños económicos efectivos y preservar la tranquilid­ad social. La sobreviven­cia del sistema depende en gran medida de la unidad de sus élites, lo que refuerza la opción favorable a la institucio­nalización del mismo. Miguel Díaz-Canel ha sido un líder promovido dentro del sistema de acuerdo a lógicas institucio­nales. Su ascenso ha sido aprobado por el poderoso departamen­to de organizaci­ón y cuadros, contando con el apoyo de Raúl Castro y José Ramón Machado Ventura.

¿Cuál será su papel y poder entre la vieja guardia?

Por ley de la vida la vieja guardia no es un rival para DíazCanel. A todos les conviene un escenario de estabilida­d de un cambio intergener­acional ordenado si no en función de la ideología nacionalis­ta que comparten, por lo menos para defender sus posiciones y privilegio­s. En ese contexto, Díaz-Canel y los nuevos líderes pueden ganar paulatinam­ente en autonomía mientras la vieja guardia actúa como estabiliza­dora de la sucesión, bajando la temperatur­a a cualquier contradicc­ión entre fracciones del liderazgo. Una interrogan­te a seguir con atención es la institucio­nalización de la relación entre el poder civil y el militar pues DíazCanel será el primer líder civil de la revolución.

¿Y cómo es visto por los militares?

Muy positivame­nte, pues Díaz-Canel sirvió como presidente de los consejos de defensa de las dos provincias donde funcionó como primer secretario del Partido Comunista e interactuó con habilidad con las jefaturas de dos de los tres Ejércitos del país, el Central y el Oriental, que es la mayor agrupación de las Fuerzas Armadas Revolucion­arias. Los jefes militares, en tanto miembros del Buró Político, forman un bloque con capacidad de veto, pero ellos no proponen candidatos. La elección ultima recae en la comisión ejecutiva del Buró Político y allí la iniciativa se origina en Raúl Castro y José Ramón Machado Ventura, que van a decidir además del ascenso de Díaz-Canel, quienes lo acompañará­n en sus funciones.b Desde octubre, la Presidenta de Corea del Sur, Park Geun-hye ha estado prácticame­nte sola. No sólo ha evitado aparecer en público, sino que se ha recluido en la Casa Azul, la residencia oficial de los jefes de Estado y casi no ha tenido visitas, según sus asesores. De 64 años, Park, hija del dictador Park Chung-hee, que fue asesinado en 1979, no está casada ni tiene hijos. Además, sus dos hermanos están alejados de ella hace años y sus tres asesores más cercanos fueron despedidos, uno de ellos encarcelad­o. Y ayer, Park se quedó aún más sola, luego de que su partido, Saenuri, le diera la espalda y se uniera a la oposición para votar por el impeachmen­t.

Park fue destituida de su cargo con 234 votos a favor y 56 en contra. A pesar de que el voto es secreto, los resultados indican que al menos la mitad de los 128 legislador­es de su partido votaron a favor de la destitució­n. Ahora todo quedó en manos de la Corte Constituci­onal, que tiene hasta 180 días para ratificar o invalidar la decisión. La destitució­n transfiere de inmediato los poderes de Park al primer ministro, Hwang Kyo-ahn, quien deberá esperar el dictamen, tiempo en que la mandataria suspendida podrá permanecer en la Casa Azul.

“Rasputina”

La caída de Park tiene que ver con su mentor, Choi Taemin. La hija de éste, Choi Soon-sil, fue hasta octubre, mes en que estalló el caso, confidente e íntima amiga de la ahora Presidenta suspendida. Denominada “Rasputina” por la prensa local, fue detenida el mes pasado y está a la espera de un juicio por abuso de poder. Esto, porque según la fiscalía, Choi Soon-sil habría utilizado su cercanía con la mandataria para influir en temas de Estado, desde asuntos como la elección de altos funcionari­os de gobierno, hasta su vestimenta y “ayudarla a extorsiona­r decenas de millones de dólares de compañías surcoreana­s”, señala The New York Times.

El escándalo produjo las protestas más grandes en la historia del país para presionar por la destitució­n. La moción acusa a Park de “violacione­s serias y extensas de la Constituci­ón y de la ley”.

“Quiero disculparm­e ante todos los surcoreano­s por este caos nacional que he creado por mi negligenci­a, en momentos en que nuestro país afronta tantas dificultad­es”, declaró Park en la televisión, en una de sus tantas disculpas. Pero no fue suficiente. La mandataria suspendida, que llegó al poder en 2013 y fue la primera mujer en asumir el cargo, se había publicitad­o a sí misma como una candidata incorrupti­ble, que no debía nada a nadie y que estaba “casada con la nación”.

Park le dijo a su gabinete que se prepararía para el impeachmen­t, sin dar ninguna señal de que renunciarí­a antes de la votación final. Si la Corte decide destituir a Park, Corea del Sur tendría que realizar nuevas elecciones en 60 días.

Para removerla, la Corte necesita al menos seis de los nueve votos de los jueces. Si la Corte vota a favor, será la primera mandataria surcoreana en ser destituida. En 2004, la Asamblea Nacional votó para destituir al ex Presidente Roh Moo-hyun por violar la ley electoral, pero la Corte rechazó la destitució­n.b

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