La Tercera

Un veterano de tres guerras

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Montserrat Rojas Corradi (1975) sabía que corría riesgos al programar la obra Ideología de Felipe Rivas San Martín: un provocativ­o video donde se ve al propio artista masturbars­e frente a una foto del Presidente Salvador Allende. Sin embargo, la curadora la escogió dentro de las obras que darían forma a In-visible, su segunda exposición en el Centex, sala del Consejo de la Cultura en Valparaíso, junto a los trabajos de los artistas Bernardo Oyarzún, Cristóbal Olivares, Nicolás Grum, las Yeguas del Apocalipsi­s, Carolina Pino, Félix Blume y Carlos Leppe.

En mayo, se inició el “proceso de compra” que da derecho de exhibir los trabajos de los artistas, a quienes se les pagaría cerca de $ 1.300.000 por concepto de honorarios y producción. Pero a pocos días del montaje, se le comunicó a Felipe Rivas que su obra había sido desechada de la muestra, ya que no era apta para todo público, a pesar de que esta se exhibiría en un cubículo aparte, con un letrero que advirtiera que era para mayores de 18 años.

La noticia llegó a la prensa y Felipe Rivas dio entrevista­s a varios medios, pero desde el CNCA las declaracio­nes fueron escuetas, a través de comunicado­s de prensa, y la curadora no habló, cuestión que fue criticada por el propio artista. Ahora Rojas cuenta su versión.

“Me censuraron por completo, ni siquiera me dejaron hablar con la prensa y, claro, para mí era difícil, porque yo trabajaba para el Consejo”, cuenta hoy. “Además, sentía que no era justo agrandar el tema de la polémica, porque aparte de Felipe había muchos otros buenos artistas y obras, como por ejemplo Bajo Sospecha de Bernardo Oyarzún, que hace 20 años no se exponía completa, y que iban a pasar por completo desapercib­idas, y eso fue lo que ocurrió”, alega, quien actualment­e exhibe su curatoría Crisis, Crisis, Crisis en Matucana 100, y renunció el lunes 20 de noviembre al CNCA.

Por su parte, en julio, Rivas presentó un recurso de protección en la Corte de Apelacione­s de Valparaíso, en contra del ministro Ernesto Ottone, por la vulneració­n de la libertad de expresión, la igualdad ante la ley y del derecho a la difusión artística. El fallo fue a su favor; se le pagaron los honorarios, la obra fue repuesta y se exhibe en el Centex, hasta el 23 de diciembre. “Me parece que la censura no tuvo que ver con el contenido sexual explícito, como se ha querido argumentar desde el CNCA, sino con el hecho de vincular la imagen sexual con la imagen de Allende”, dice el autor de la obra. “Siempre he pensado que esta fue una censura política más que sexual”, agrega, y asegura que su obra fue revisada por el directorio del CNCA, integrado por figuras como el director teatral Gustavo Meza, el director de la Estación Mapocho Arturo Navarro, el arquitecto Sebastián Gray y presidido por el ministro Ottone . “Quedé conforme con el fallo. Tener una exposición individual es más importante que estar en una colectiva. Fue como una compensaci­ón por todo lo que significó esto, que fue muy desgastant­e”, agrega Felipe Rivas.

Otra consecuenc­ia positiva fue que luego Ideología se exhibió en la Feria Ch.ACO, en el stand de Espacio O del artista Arturo Duclos y fue adquirida por el coleccioni­sta Juan Yarur, asesor de la Tate de Londres para la adquisició­n de arte latinoamer­icano.

Montserrat Rojas tuvo una suerte distinta, y hoy acusa que fue marginada de sus funciones. “Para mí, como curadora, la censura del ministro fue mayor; después de esto no pude hacer ninguna de las actividade­s que tenía programada­s. Me sacaron del Centex sin decirme nada. La censura vino del ministro, pero él nunca quiso reunirse conmigo aunque lo solicité”, afirma.

“Para el último ciclo sobre migracione­s tenía invitados a un artista polaco y a otro alemán que tenían pasajes comprados por las embajadas, pero al único que pude salvar fue al alemán Emanuel Mathias, quien está exhibiendo ahora en el Centex, pero sin ningún contexto. Es penoso”, dice la curadora a cargo del archivo fotográfic­o Rodrigo Rojas De Negri, que fue expuesto en el Museo

A. Historia Militar, $ 16.000. de la Memoria y en el mismo Centex.

Aunque el ministro Ottone fue requerido para este artículo, Moira Délano, presidenta del Comité Editorial del Centex, fue quien contestó. Aclara que la labor de Rojas “fue un encargo puntual en su calidad de curadora. Todos los compromiso­s adquiridos por Montserrat están siendo ejecutados y no tiene compromiso­s pendientes con ningún artista internacio­nal”. Sobre la censura, Délano dice: “El CNCA reconoce un error en la intención inicial de incluir Ideología como parte del ciclo In-visible. Esa decisión no cumplió con los conductos regulares de programaci­ón del Centex, por lo que se inició un sumario interno”. Y excluyó de responsabi­lidades a Ottone: “El ministro de Cultura no visa las obras artísticas que se exhiben en los espacios del CNCA. En el caso del Centex, existe un comité integrado por jefes de departamen­to del CNCA (y no por el ministro) que aprueban las exhibicion­es, comité que –en el caso de la obra Ideologían­o se convocó, y ese error fue reconocido”, dice Délano.

Para Montserrat Rojas, el problema no es de forma sino de fondo: “Un ministro no puede interferir en la obra de un artista y tampoco en las decisiones de un curador. Hay obras que producen debate en la sociedad y eso es bueno porque no sólo tenemos las marchas para expresarno­s; desde el arte la gente también puede compromete­rse con la política. El Estado debe ser el primero en impulsar estos debates, y el Consejo, el primero en respetar nuestro trabajo, porque si no es así, tenemos cero posibilida­d de avanzar en este tipo de temas en Chile”, resume la curadora.b

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