La Tercera

Autor de ataque en Berlín se radicalizó en cárcel de Italia

Después de tres días de fuga, el joven tunecino fue abatido ayer en Milán por la policía italiana luego de un control de identidad. El responsabl­e del atentado que dejó a 12 muertos estuvo cuatro años en prisión en Italia, donde se habría acercado al Isla

- Constanza Cruz D.

La cacería del hombre más buscado de Europa finalizó ayer. Luego de conducir un camión e impactar en el mercado navideño de Berlín el lunes y provocar 12 muertos y 48 heridos, el tunecino Anis Amri habría viajado a Chambéry, Francia, para luego tener una pequeña parada en Turín, Italia, antes de llegar a Milán. Según la policía italiana, existe un video donde se ve a Amri en la estación de trenes, alrededor de la una de la madrugada del viernes. Dos horas más tarde, un par de oficiales le habría pedido sus documentos para una inspección de identidad por sospecha de un robo. El joven de 24 años buscó en su mochila su identifica­ción. Pero rápidament­e sacó una pistola y disparó, hiriendo a uno de los policías. El otro oficial, de 29 años, lo abatió. “No hay ninguna duda de que la persona muerta es Anis Amri”, dijo el ministro del Interior italiano, Marco Minniti.

La canciller alemana, Angela Merkel, agradeció a las autoridade­s italianas y aseguró que el caso levanta una serie de preguntas. Dijo que adoptará rápidament­e cambios “legales o políticos” si es necesario y prometió revisar las medidas de seguridad en Alemania. Además, afirmó que su gobierno debe “trabajar más y de forma más intensa”. Sin embargo, advirtió que la amenaza terrorista persiste en Alemania.

Poco después de la muerte de Amri, la agencia del Estado Islámico, Amaq, difundió un video en el que el joven proclama su lealtad al grupo yihadista. Hablando en un puente en Berlín presuntame­nte en invierno, Amri anima a sus “hermanos” a hacer la yihad contra los “enemigos de Alá” y contra los que “bombardean musulmanes”. “Si Dios quiere, los mataremos como cerdos”, dice en el video. “Las personas que pueden luchar, deben hacerlo, incluso en Europa”, apuntó el joven.

El caso tunecino generó una ola de críticas. Amri había estado en las narices de las autoridade­s europeas desde 2015 y había sido investigad­o gran parte de 2016, especialme­nte en Berlín, hasta que en septiembre la fiscalía abandonó la investigac­ión por falta de pruebas.

Amri, que hizo la ruta desde Africa a la isla de Lampedusa cuando estalló la Primavera Arabe en Túnez en 2011, se habría radicaliza­do en una cárcel en Italia, según los oficiales. A los 18 años, al pisar suelo italiano Amri habría dicho que era menor de edad para ser traslado a un centro de acogida en Sicilia. Más tarde, el joven fue condenado a cuatro años de cárcel acusado de incendiar el centro, además de robo y agresión.

El camino que siguió es algo conocido para los expertos: jóvenes que tienen problemas con la ley, que van a prisión y es allí donde comienza su camino al extremismo. Según su familia, en la cárcel el joven que alguna vez bebió alcohol y nunca fue a una mezquita, sorpresiva­mente dio un giro y se convirtió en un religioso. Incluso le pidió a su familia que le enviara libros de religión. Y las alarmas se encendiero­n. El buró de prisiones presentó un informe a una comisión antiterror­ista del gobierno que advertía su rápida radicaliza­ción y que estaba cercano a ideas islamistas extremista­s. Además, habrían alertado de que Amri amenazó a reclusos cristianos, señaló un funcionari­o gubernamen­tal.

Según un reporte del Centro de Estudio de Radicaliza­ción de Violencia Política, los grupos como el Estado Islámico le ofrecen a los criminales “redimirse” de sus vidas de crimen y les otorgan una causa que defender.

Los italianos intentaron, sin éxito, deportar a Amri. El consulado de Túnez afirmó que sus autoridade­s rechazaron reconocer al joven como ciudadano. Entonces Italia lo dejó en libertad, dándole siete días para que dejara el país. En julio de 2015, el tunecino llegó a Alemania. Durante su estadía se acercó a un predicador iraquí que fue detenido en noviembre por crear una red de reclutamie­nto del EI. Alemania intentó deportarlo, pero Túnez rechazó recibirlo nuevamente. Amri había utilizado múltiples identidade­s.

A pesar de que fue catalogado como “individuo peligroso” en la región de Renania del Norte-Westfalia, al oeste de Alemania, el joven desapareci­ó en noviembre y volvió a aparecer la noche del 19 de diciembre.b

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