COMIDA FAMILIAR
De todas las opciones
expuestas en la encuesta, la cena familiar es la más común para celebrar Año Nuevo en Chile, seguido de salir a ver los fuegos artificiales de la ciudad e ir a una fiesta. En este último, las personas entre 18 y 35 años son los que más lo hacen (12% y 24% respectivamente), mientras la comida con amigos es más relevante en los segmentos socioeconómicos altos (14%). El 45% compra cotillón, ítem donde los que más gastan son los hombres. pero además es entretenido y genera un ambiente de vinculación con la familia o los amigos, independiente de si en realidad la persona cree que comer lentejas le traerá prosperidad.
Ritos transversales
Los datos de la encuesta muestran que las cábalas se realizan en todas las clases sociales, rangos de edad y sexos, aunque en los mayores es más común preparar aquellos que requieren más materiales. “En general, son los mayores de 51 los que tienden a hacer más ritos y más complejos, como el anillo en la copa o las lentejas. Para los jóvenes, entre 18 y 35 años se repite más lo de la ropa interior amarilla y la maleta. Esto se condice con la relevancia del viaje en la sociedad chilena, donde es un sueño transversal y eso es más importante para los jóvenes, que tienen menos ataduras”, señala Correia.
Qué tanto creen que el rito va a ayudarlos es otro tema, dice Ascencio. “Hay un porcentaje que lo hace por la situación social, pero no creo que lo controlen o validen a lo largo del año”, indica. Aunque sí suelen recordarse cuando algo coincide con nuestras expectativas. “Si alguien realiza un ritual y le funciona, va a tender a acordarse más de eso que de todas las veces que no resultó, es un sesgo de confirmación. Tendemos a fijarnos más en aquellas cosas que van en la línea de lo que hicimos. Si como lentejas y me va bien o si encuentro pareja, voy a decir ‘ah, fue por eso’, pero si no, no presto más atención, así funciona el pensamiento mágico supersticioso”, explica.b