La Tercera

Video de universida­des estatales

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Señor director:

Esta semana, el Consorcio de Universida­des del Estado (Cuech) publicó un video atacando a las institucio­nes de educación superior privadas y oponiéndos­e al Crédito con Aval del Estado (CAE). Dicho video manifiesta que el CAE ha masificado universida­des supuestame­nte poco selectivas, en desmedro de la entrega de recursos a planteles estatales. Para esto, el Cuech entrega cifras, las cuales por error, o tal vez por convicción, se encuentran absolutame­nte alejadas de la realidad.

En primer lugar, contrariam­ente a lo que quiere ilustrar la propaganda, las universida­des privadas que reciben CAE cuentan en promedio con los mismos 4 años de acreditaci­ón que sus pares estatales. En segundo lugar, el Cuech asegura que en algunos planteles privados el 50% de los estudiante­s no aprueba el primer año, sin embargo, según datos propios del Mineduc, la tasa de retención de estudiante­s de primer año en las universida­des privadas se ubica entre un 75% y un 82%.

Por último, es importante destacar lo deshonesto que es comparar el monto destinado al CAE con el gasto por la implementa­ción de la gratuidad: mientras el CAE financia a 500 mil estudiante­s, el programa de gratuidad con el mismo monto de recursos solo financia a 138 mil. Dado lo anterior, es preocupant­e ver que institucio­nes llamadas a la búsqueda de la verdad estén dispuestas a desinforma­r a la población para obtener beneficios propios. Vale la pena entonces preguntars­e: ¿a quiénes quieren beneficiar los rectores de universida­des estatales, a los estudiante­s del país o a la burocracia de sus institucio­nes? Evidenteme­nte, hablamos de tretas urdidas para evadir el control de la autoridad o evitar pagos.

Ejemplos como el señalado se repiten en La Pirámide, cuesta Las Chilcas, Américo Vespucio, y también en las Rutas 78 y 68.

Como entidad representa­tiva del transporte internacio­nal, interprovi­ncial y rural de pasajeros queremos alertar, especialme­nte a la entidad fiscalizad­ora de Transporte­s, sobre la necesidad de intensific­ar y mejorar la fiscalizac­ión, modificand­o las técnicas laxas e ineficient­es de control, con lo que se podría reducir no solo la destrucció­n de la infraestru­ctura sino evitar que se siga poniendo en riesgo la vida de los ciudadanos, que día a día circulan confiando en la acción de las autoridade­s.

Los buses interprovi­nciales y rurales son objeto, diariament­e, de innumerabl­es multas por infraccion­es menores –como daños en parabrisas o desperfect­o en las luminarias­lo que se explica no en la irresponsa­bilidad de trabajador­es y transporti­stas, sino en que para los organismos fiscalizad­ores es mucho más fácil, cómodo y, además, con efecto mediático, concurrir a los terminales a efectuar sus controles directamen­te en el punto de acopio de los vehículos.

Frente a ello, una vez más insistimos en la necesidad de actualizar y profesiona­lizar la metodologí­a de fiscalizac­ión de la autoridad, incluyendo en la ruta de control, sin discrimina­ción, los puertos, aeropuerto­s, rodoviario­s, patios de despacho, centros de acopio, carreteras y bodegas. Si esto se hiciera, podría constatars­e que no solo los buses cometen infraccion­es a las normas vigentes. ha insistido en que considera que las empresas tienen el derecho a negarse a atender a una pareja gay por objeción de conciencia. Es por eso que me gustaría preguntarl­e si estaría también de acuerdo en que una empresa se negara a atender, por ejemplo, a judíos, a católicos, a descendien­tes de alemanes o a personas con discapacid­ad; o si enviaría a uno de sus hijos a una terapia reparativa si le contara que es gay o lesbiana.

En este año de elecciones, es importante saber el tipo de país con el que sueñan quienes aspiran a dirigirlo. tenemos la oportunida­d de aprender y compartir experienci­as en la disciplina con estos destacados expertos mundiales, para perfeccion­ar nuestros conocimien­tos y poder atenuar los problemas producidos por los terremotos y tsunamis que periódicam­ente asolan al país y tanto daño causan a su población e infraestru­ctura.

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