Reglamento del Mineduc
Señor director:
Sería interesante saber qué consideró el Ministerio de Educación para dictar un reglamento que excluye de la excelencia a uno de los emblemas de la educación pública, como es el Instituto Nacional, y deja fuera a los Liceos Bicentenario de todo el país.
Para ser considerado un colegio de alta excelencia el reglamento exige que el número de postulantes duplique al de seleccionados. Esto desconoce que el Nacional ha disminuido sistemáticamente sus postulaciones. Si para la admisión 2001 postulamos más de cuatro mil alumnos, este año solo lo hicieron 1.036, siendo seleccionados 703.
Al mismo tiempo, el reglamento excluye de esta categoría a los liceos Bicentenario por no tener una antigüedad mínima de 30 años, que sería uno de los requisitos exigidos. Esta exclusión constituye un grave error y desconoce el aporte que han hecho a democratizar la calidad educacional. Muchas de esas instituciones obtuvieron excelentes resultados en la última PSU (10 de los 25 mejores municipales), en comunas tan distintas como Temuco, Coronel, Curicó o Calama. También en la Región Metropolitana en Puente Alto, Colina, San Bernardo o Maipú. Se suman a los establecimientos de Santiago, Providencia y Ñuñoa que vienen desde hace tiempo logrando buenos resultados. Un criterio de justicia y calidad promovería esos proyectos y no los discriminaría.
La antigüedad de los colegios sirve para la tradición pero no es un elemento de excelencia académica, la cual debe establecerse con criterios objetivos.
La decisión del gobierno no constituye una sorpresa. Nos acostumbramos a medidas improvisadas, discriminatorias e incluso arbitrarias. El próximo gobierno tendrá una tarea muy importante en educación: revertir la arbitrariedad administrativa y procurar la calidad por sobre la ideología. respecto del texto presentado por el Ejecutivo, existe una aceptación generalizada de aumentar las regulaciones mínimas del sistema, asegurar la calidad y mejorar los modos de financiamiento, así como apoyar decididamente a las universidades estatales.
Esperemos que tan loables y relevantes expectativas no duerman el sueño de los justos por la contingencia electoral.