La Tercera

Colo Colo es pura frustració­n

El Cacique vuelve a sufrir en la Copa. Botafogo lo elimina. El 1-1 en el Monumental genera otro fracaso internacio­nal albo. La maldición de 10 años sin pasar una ronda del torneo se extiende.

- Alvaro Poblete I.

Tanta frustració­n. Tanta decepción. El hincha busca una explicació­n que nadie le puede dar. La Copa Libertador­es es un laberinto sin salida para Colo Colo. Barroso, Paredes, Valdés, Pavez y especialme­nte Guede. Ninguno fue capaz de rescatar a los albos de otra eliminació­n temprana. Y mientras más veces pasa, más duele en el Monumental.

El Cacique soñó con la clasificac­ión hasta los 80 minutos y murió en el intento. Botafogo marcó el 1-1 definitivo y firmó la extensión de la condena colocolina de 10 años sin pasar una ronda en este certamen.

El cuadro popular se encontró muy temprano con lo más difícil: la ventaja. El autogol de Emerson Silva, cuando el partido recién entraba en calor, le hacía la tarea completa al local. Después del 2-1 en Río de Janeiro, bastaba un triunfo por la cuenta mínima para llegar a la tercera fase.

¿Ideal? Obviamente que sí. Pero aparenteme­nte ni Guede ni sus pupilos habían planificad­o un gol de entrada. Menos Botafogo, que tras tomarse unos minutos para asimilar el golpe y apremiado por la eliminació­n, empezó cargar la cancha hacia el campo colocolino. Los laterales subieron y Montillo pidió la pelota. Lo bueno para el Cacique es que, por muy brasileño que fuese, Botafogo no era un elenco dotado de talento.

Y eso, justamente, era un tema para preocupars­e. Porque con muy poco el conjunto carioca encerró a los blancos. El segundo cuarto de hora, de hecho, vio a un Justo Villar en plenitud. Primero le tapó un derechazo a Montillo, después manoteó un cabezazo de Emerson y a los 24 evitó un autogol de Barroso. La ofensiva propuesta de Guede daba paso a la excesiva prudencia. De- pero desde el ángulo contrario, Botafogo se adueñó del juego. A Colo Colo le costaba mucho mantener la pelota bajo su control y en la visita crecía la figura de Montillo. Ni siquiera el remate al travesaño de Fernández (61’) trajo calma. En la galería los cantos y el sufrimient­o se mezclaban, el miedo a otro duro golpe en la Libertador­es se instaló en el coliseo de Macul.

Lo bueno es que Airton, el motor de Botafogo, llegó a media máquina y Jair se vio obligado a sacarlo. Su salida restó para los brasileños, cuyo funcionami­ento de inmediato bajó. De la nada el Cacique pudo verse un poco mejor. Muy poco, realmente. Guede apostó por la gambeta de Christofer Gonzales en desmedro de la dinámica de Véjar. Aparenteme­nte le cuesta verlos juntos por la banda izquierda. El peruano ayer casi no la tocó.

Los blancos otra vez se desinflaro­n. Fernández y Valdés, como casi todo el partido, desapareci­dos. Arriba, en tanto, Paredes y Rivero sufrían, aislados y casi sin balones con ventaja. Aunque tampoco hicieron mucho por destacar.

Otro que no se impuso en el medio fue Esteban Pavez. Mucho despliegue, pero muy poca producción real. Colo Colo, entonces, dependía de Botafogo. Y el limitado elenco brasileño dio con la igualdad a los 80’, justa a esa altura. Pimpao anotó el 1-1 y enmudeció el Monumental.

La desesperac­ión se apoderó del Cacique, sólo un milagro podía salvar la llave. La tribuna no ayudó, porque el partido se interrumpi­ó por incidentes entre barristas. Un cuento de nunca acabar.

No había tiempo ni fútbol para una hazaña. Lo cierto es que la escuadra de Guede tampoco la merecía. En el momento más importante, Colo Colo se bloqueó. Su técnico, también. Y como ya se hace costumbre, se despidió llorando de la Libertador­es, esa copa que se ha vuelto tan, pero tan amarga.b

 ??  ?? RRPimpao
RRPimpao
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile