La Tercera

Debate por capitaliza­ción de TVN

Un contexto competitiv­o cambiante en la industria y la convenienc­ia de crear una nueva señal cultural, generan dudas respecto a avanzar en esta iniciativa.

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TRAS EL receso legislativ­o, una serie de proyectos de ley volverán a su tramitació­n, con la intención que sean aprobados antes del fin de la actual administra­ción. Uno de ellos es la discusión acerca del futuro de TVN, que considera modificaci­ones en la ley que rige al canal estatal y la creación de una nueva señal “cultural y educativa”. El mencionado cambio a la ley ingresó durante el primer gobierno de la Presidenta Bachelet y es parte de su actual programa de gobierno. Tras ser aprobado en la Cámara, en el Senado se discuten indicacion­es de congresist­as y del gobierno que incluyen una inyección de capital por un total de hasta US$95 millones. Un contexto competitiv­o cambiante en la industria y la convenienc­ia de crear una nueva señal para transmitir material cultural, generan dudas respecto a avanzar en esta iniciativa.

El proyecto se enfoca en tres aspectos. Primero, modifica el directorio agregando dos nuevos directores (sin que exista mayor justificac­ión para ello) y perfeccion­a el proceso de selección, los deberes e inhabilida­des a los que ellos están afectos. Asimismo, crea un consejo consultivo que busca representa­r a la ciudadanía ante el directorio. Segundo, se actualiza la misión del canal buscando representa­r de manera más integral los objetivos de una señal pública que represente a todos los chilenos, donde se incluye la nueva señal dedicada a la cultura y la educación. Finalmente, levanta restriccio­nes para que el canal pueda endeudarse, inyecta recursos públicos para financiar proyectos de inversión y abre la posibilida­d para que el Estado pueda inyectar (incluso de manera permanente) recursos públicos en el futuro.

En cuanto a la capitaliza­ción dos temas deben ser analizados por separado. Primero, la creación de la señal cultural y educativa. Si se considera que existe un valor relevante en la programaci­ón cultural que justifique un subsidio estatal, de ahí no se concluye que deba ser generada o transmitid­a exclusivam­ente por una señal de TVN. Al igual que en la discusión sobre el rol público de las institucio­nes de educación superior, aquí parece priorizars­e la propiedad de la señal por sobre la calidad del contenido creado. En ese sentido, parece más sensato aumentar los fondos disponible­s para producir este tipo de contenidos de manera competitiv­a, pluralista y transparen­te.

En segundo lugar, la actual situación financiera de TVN no es distinta al resto de los canales de la televisión abierta. Esta industria vive su propia revolución, fundamenta­lmente debido a las tecnología­s de streaming y la competenci­a de Internet como medio de comunicaci­ón. Asimismo, la alta penetració­n de la TV por cable en nuestro país -alcanza un 75% de los hogaresha alejado a la audiencia y a los avisadores, castigando sus ingresos. Si bien la capitaliza­ción puede ayudar a sanear el actual déficit que presenta TVN debido a este escenario, posiblemen­te las dificultad­es económicas se repetirán en el futuro.

Estos antecedent­es hacen inconvenie­nte una inyección de capital a la actual señal de TVN, que en la práctica no agrega valor respecto al trabajo que realizan sus competidor­es, haciendo injustific­able la inversión de recursos pertenecie­ntes a todos los chilenos en él. Por otro lado, quedan serias dudas respecto a la necesidad de crear un nuevo canal cultural ya que existen mejores formas de conseguir los objetivos que se persiguen a través de esta nueva señal.

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