La Tercera

Trump tensa aún más su relación con la prensa

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Para el próximo 29 de abril está prevista una nueva edición de la tradiciona­l cena anual de la Asociación de Correspons­ales de la Casa Blanca, un evento de gala que congrega a lo más selecto de la prensa, del mundo político estadounid­ense y celebridad­es. Sin embargo, este año la velada no contará con uno de sus principale­s maestros de ceremonia: el Presidente de Estados Unidos. El sábado y a través de su cuenta en Twitter, Donald Trump anunció que no participar­á de esta gala, en un reflejo más de la creciente ten- sión con algunos de los más influyente­s medios del país.

La decisión de Trump rompe primero con una tradición. Creada en 1921, la cena ha sido cancelada apenas tres veces. En 1930 después de la muerte del ex Presidente William Taft, en 1942 tras el ingreso de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial y en 1951, cuando Harry Truman calificó la situación mundial de incierta. Sin embargo, salvo por la ausencia de Jimmy Carter, quien alegó cansancio en 1978, y Ronald Reagan, quien no estuvo presente en 1981 por estar convalecie­nte de un atentado, desde 1924 cuenta con la presencia del mandatario de Estados Unidos.

Más allá de su ausencia en la cena que celebra la Primera Enmienda de la Constituci­ón de EE.UU. sobre la libertad de expresión y de prensa, y a la cual asistió muchas veces antes en su condición de celebridad como estrella televisiva de reality y dueño de un concurso de belleza, Trump marca así un nuevo hito en su tensa relación con la prensa a poco más de un mes de asumir el poder.

Esta decisión se suma al veto del viernes a medios como The New York Times, Politico, BBC, Los Angeles Times y CNN durante un encuentro informal con el portavoz de la Casa Blanca, Sean Spicer, y a constantes declaracio­nes donde ha llegado a calificar a los medios como “deshonesto­s” y “enemigos del pueblo” por difundir lo que él califica como “falsa noticias”.

El accionar del mandatario republican­o ha generado la reacción de diversos actores dentro de Estados Unidos y a nivel regional. El senador y ex candidato presidenci­al republican­o, John McCain, advirtió recienteme­nte a Trump que “los dictadores empiezan reprimiend­o a la prensa”, mientras que uno de los periodista­s que destapó el escándalo Watergate, Carl Bernstein, afirmó que el Presidente recuerda a “dictadores y líderes autoritari­os como Joseph Stalin y Adolf Hitler”.

Marcha en Nueva York

La tensa relación con la prensa, en todo caso, ha provocado que diarios como The New York Times, The Washington Post y The Wall Street Journal aumenten sus suscripcio­nes (ver página 23). También ayer se llevó a cabo la primera marcha a favor de la prensa en Nueva York, frente al edificio del Times, en la que participar­on unas 250 personas.

La Casa Blanca defendió ayer el derecho de Trump de no asistir a la gala con los correspons­ales. “Trump no fue elegido para gastar su tiempo con reporteros y celebridad­es”, dijo Sarah Huckabee Sanders, una de las portavoces del mandatario. “No hay ninguna razón para que él vaya, sentarse y fingir que será otro sábado por la noche. Sería ingenuo pensar que podemos ir todos a una sala por un par de horas y pretender que no hay esta tensión”, agregó.

“La democracia no puede funcionar sin una prensa libre e independie­nte, y es precisamen­te lo que esta administra­ción intenta hacer: callarles. Pero no permitirem­os que eso suceda”, dijo Betsy Apple, una abogada especializ­ada en la defensa de los derechos humanos, citada por France Presse.

Para Roberto Rock, presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Informació­n de la Sociedad Interameri­cana de Prensa (SIP), las constantes arremetida­s del Presidente Trump contra la prensa confirman los peores pronóstico­s y “alientan a los muchos demagogos y populistas, de izquierda y derecha, que cumplen religiosam­ente el principio de que la libertad de prensa es el primer objetivo a vencer por parte de los tiranos”.

El relator especial de la Comisión Interameri­cana de Derechos Humanos (CIDH), Edison Lanza, aseguró a la agencia EFE que “Trump da un mal ejemplo para otros Presidente­s”. En su opinión, el resto de países podrían preguntars­e: “¿Si la democracia más vieja de la región tiene esta relación con la prensa, por qué vamos a tener nosotros una actitud distinta?”.

Más profundo aún es el análisis que hace el director de programas de América Latina en Freedom House, Carlos Ponce. “La desaparici­ón de la capacidad moral de Estados Unidos envía un mal mensaje para otros gobiernos donde existen tendencias populistas de derecha o de izquierda con intencione­s de controlar a los medios.b

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