¿Más tiempo escolar… mejor educación?
Señor drector:
A 20 años de su puesta en marcha, la política pública más costosa de nuestra historia está siendo fuertemente cuestionada. El objetivo inicial de la jornada escolar completa era aumentar el tiempo escolar para mejorar los indicadores de aprendizaje y, con ello, la calidad de la educación, y al mismo tiempo suplir una necesidad social abriendo espacios en los colegios.
Sin embargo, los resultados son más que claros: en estos 20 años no ha habido una mejora sustantiva en las mediciones. Más aún, no hay estudios en el mundo que demuestren relación directa entre las horas de estudio y el aprendizaje.
En Chile destinamos más horas a la escuela que el promedio de países de la Ocde -1.400 versus 944-, sin resultados favorables. Al contrario, nuestros alumnos están cansados, estresados, sobrepasados por la exigencia académica y con las tareas.
Es justo levantar la voz y asumir que es nuestra responsabilidad brindarles una educación integral, que el proyecto educativo del colegio debe necesariamente contemplar horas de libre disposición con acciones desafiantes, atractivas e innovadoras, tanto para los docentes como para los alumnos, y de esta manera aprovechar de mejor forma el tiempo escolar, con un enriquecimiento real.
El llamado entonces es a repensar cómo estamos utilizando el horario en que los niños y jóvenes están en el colegio, aceptar que el mundo ha cambiado y, con ello, las necesidades de nuestros alumnos también. El diagnóstico es claro. Ahora, debemos atrevernos a hacer los cambios. Ramón Jara