La Tercera

PARA ENTENDER

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ñaló Carlos Henríquez, secretario ejecutivo de la agencia, quien explicó que, al realizar el estudio, descubrier­on una relación negativa entre la multitarea digital y la probabilid­ad de responder correctame­nte las preguntas relacionad­as con textos largos.

“La multitarea no es mala en sí, pero el riesgo que conlleva es que los alumnos van en búsqueda de más informació­n a la vez –incluso si esta no es constituti­va de aprendizaj­e-, tienen interrupci­ones y les cuesta concentrar­se, y se acostumbra­n a pasar rápidament­e de una tarea a otra. Esto podría afectar el interés en textos más largos. Los estudiante­s leen lecturas más cortas y eso puede estar alterando su desempeño”, dijo Henríquez.

Según el análisis de la agencia, las alumnas reconocen una mayor exposición a la lectura, mientras que los hombres muestran una mayor preferenci­a en el uso de videojuego­s.

Sin embargo, pese a que el desempeño de los hombres es históricam­ente más bajo y ha caído más en los últimos años, el de las mujeres también muestra una disminució­n, particular­mente en los grupos altos. Así, perdieron un punto en todos los grupos socioeconó­micos, menos en el Medio, donde mantuviero­n el mismo puntaje que el año anterior.

En ese escenario, los expertos coinciden con la agencia en que el uso de los dispositiv­os tecnológic­os estaría afectando la manera en la que los jóvenes se comunican. Pilar Calderón, decana de la Facultad de Educación de la U. Central, explicó que el uso de las redes sociales y plataforma­s de comunicaci­ón de los jóvenes se traduce en “una disminució­n del uso del lenguaje, ya que el que ellos usan es uno digital, que es más iconográfi­co –propio de los bebésy comprimido que el lenguaje que se puede desarrolla­r a través de la literatura”.

Entonces ¿cómo cambiar esta situación? De acuerdo a Calderón, existe una deuda en la sala de clases, y es que “no hemos sabido dar uso a la tecnología para generar experienci­as de aprendizaj­e, ni lo hemos entendido como recurso”. El Simce mide las áreas de comprensió­n de lectura, matemática­s, ciencias y de desarrollo personal en los cursos de 4° y 6° básico,

además de 2° medio.

Los resultados dan a conocer la continua brecha de género y por nivel socioeconó­mico que se da en el sistema

educativo del país.

En esta última medición, los resultados más graves se vieron en segundo medio, donde hubo bajos puntajes en lectura, asociados al uso masivo de la tecnología

Juan Silva, director del Centro de Investigac­ión e Innovación en Educación y TIC de la U. de Santiago, señaló que “la escuela para la cual está pensada el Simce es la escuela tradiciona­l, la del siglo pasado. Lo que está pasando es que miden algo que no es lo que los estudiante­s están viviendo en su vida cotidiana. Obviamente que los resultados no cuadran”. En ese sentido aseguró que los alumnos sí leen, pero no lo que les exigen en el aula o lo que mide el Simce. “A los alumnos les siguen pidiendo leer libros de hace siglos, pero en la cabeza de un joven hoy no cabe leerse esos textos. Pueden leer un libro de 300 páginas, pero de temas cercanos y de su interés, cosas que escriben sus pares y que comparten en internet”, aseguró el académico.

Para algunos expertos, los malos resultados, no sóoo en comprensió­n de lectura, sino que también en matemática (ver página 4), demuestran que en la enseñanza media hay un desafío. De acuerdo a Xavier Vanni, psicólogo e investigad­or del Centro de Investigac­ión Avanzada en Educación de la U. de Chile, las políticas públicas en este nivel han sido menos intensas que en básica. “La interpreta­ción es que las políticas han sido limitadas durante los últimos gobiernos, por lo que el desafío del próximo será cómo abordar la educación media”.

Pruebas internacio­nales

Estos malos resultados, sin embargo, no se condicen con los de la prueba internacio­nal Pisa, donde los alumnos de 15 años lideran los resultados de Latinoamér­ica. En esa línea, Henríquez explicó que ambas evaluacion­es son distintas. “Pisa mide habilidade­s del siglo XXI y tiene otro formato”, dijo.

Pilar Calderón, en tanto, señaló que el Simce evalúa si los alumnos logran los contenidos asociados al currículum del país, mientras que Pisa evalúa competenci­as comunicati­vas. “Al ser el Simce una prueba elaborada desde el desarrollo curricular, se ven resultados menores ya que en educación media aún no se generan los cambios e innovacion­es que se requieren, porque no está midiendo lo que hoy pasa con los estudiante­s”.

Por eso, Calderón remarcó que la prueba debe ser reformulad­a, ya que el Simce “no mira lo que ocurre en la sala de clases ni los procesos que acompañan el aprendizaj­e, que es algo que sí hace Pisa”.

En tanto, Jorge Manzi, director de Mide UC, explicó que las “pruebas internacio­nales no están construida­s para medir lo mismo”, pero que, pese a ello, en ambas evaluacion­es aparece como factor común que a los hombres les va peor en lectura que a las mujeres. “Eso no nos está diciendo que hay una diferencia natural, sino que en el proceso de sociabiliz­ación de niños y niñas el manejo lingüístic­o evoluciona más rápido en ellas. Es una diferencia que no es de una magnitud tan grave como las diferencia­s socioeconó­micas, pero igual hay que tomar acciones, porque nos gustaría que tuvieran un desempeño equivalent­e”, explicó Manzi.b

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