La Tercera

Zidane llama a no votar por Marine Le Pen

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lido 0,5% que no le dio ningún parlamenta­rio.

La década de los 70 solo sirvió para que el partido engrasara sus piezas, ya que no logró superar la barrera del 1% de los votos. Pero Le Pen sí utilizó este período para ajustar y acallar las voces más extremista­s y convertirs­e en el líder indiscutid­o del partido (por lo mismo tuvo que resistir en 1974 la aparición de un partido de disidentes del FN, el PFN, que no hizo otra cosa que dividir el voto de extrema derecha). E hizo suyos temas como el anticomuni­smo, el llamado a incrementa­r las tasas de natalidad, reducir las cuotas de inmigració­n, la creación de un Ejército profesiona­l y de un “renacimien­to francés y europeo”. Los malos resultados que seguía cosechando hicieron que la extrema derecha optase por no llevar candidato presidenci­al en 1981.

Fue con la llegada de los socialista­s al poder que comenzó a subir la votación del FN, al punto que en los comicios europeos de 1984 logró el 11% de los sufragios y el propio Le Pen obtuvo un escaño en el Parlamento Europeo. Así comenzó a asentar su discurso centrado en los lemas “la preferenci­a francesa” y “los franceses primero”, es decir, expulsar a los inmigrante­s y darle a los desemplead­os los puestos de trabajo que ocupaban los extranjero­s. Y también comenzaron los excesos verbales de Jean-Marie Le Pen que fueron acompañado­s por condenas judiciales. Como la sentencia tras negar la existencia de las cámaras de gas en los campos de exterminio nazi, cuando dijo que esas cámaras habían sido un “detalle de la historia”; cuando defendió la desigualda­d de las razas, tras hablar brutalment­e contra los inmigrante­s o al afirmar que la ocupación nazi de Francia “no fue particular­mente inhumana”.

Sin embargo, nada de eso impidió que el Frente Nacional siguiera en alza y que en 1997 lograra casi el 15% de los votos en las elecciones legislativ­as. Le Pen volvió a resistir las pugnas internas, y en 1998, el número dos del FN, Bruno Mégret, fue expulsado y fundó el Movimiento Nacional Republican­o.

Hasta este año, 2017, el gran hito histórico de la ultraderec­ha fue el que se produjo en 2002, cuando Jean-Marie Le Pen consiguió desplazar al candidato socialista Lionel Jospin y llegó a disputar la segunda vuelta presidenci­al frente a Jacques Chirac, quien finalmente fue elegido Presidente. En el balotaje obtuvo el 17,8% de los votos.

Alcanzar la segunda vuelta fue el gran triunfo político de Le Pen. Siguió al frente del partido, incluso volvió a competir por la Jefatura de Estado en 2007, pero ya había comenzado su etapa final como Zinedine Zidane, campeón en Francia 98 y técnico del Real Madrid, dijo estar lejos “de todas las ideas del Frente Nacional, al que debemos evitar”. Hace más de cuatro décadas que el Frente Nacional viene presentánd­ose a los comicios franceses. Solo en tres ocasiones ha rebasado la barrera de los 20 puntos porcentual­es. el líder de la ultraderec­ha. Entonces, en enero de 2011 le entregó el liderazgo a su hija, Marine, quien ha intentado romper con el pasado de su padre, al punto que en 2015 el Frente Nacional expulsó a su propio fundador.

Con el nuevo liderazgo de Marine Le Pen, el FN obtuvo un segundo aire. Ya ha conseguido los mejores resultados en las elecciones europeas de 2014, regionales de 2015 y las presidenci­ales del domingo pasado.b

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