La Tercera

Laposesión­nogarantiz­anada

► La UC partió perdiendo siete veces, la U lleva 10 sin hacerlo.

- Cristián Caamaño

Entre las muchas alabanzas que ha recibido la U, hay un aspecto que pasa inadvertid­o dentro del análisis. Quizás magnetizad­os por la calidad de Felipe Mora o la capacidad de recuperaci­ón y pressing que tiene el cuadro azul en campo rival, no se ha reparado en la mejoría más notoria de un tiempo a esta parte. Tiene que ver con el aspecto defensivo: Herrera es el portero que menos remates en contra tiene en el Clausura, apenas 112 disparos de los rivales, 10 menos que el arquero que lo sigue.

Una estadístic­a que se cruza en San Carlos con un rival de alto poder ofensivo. Aunque en este torneo sus delanteros sufren de una severa amnesia. Principalm­ente los arietes titulares, encabezado­s por Silva, a quienes decididame­nte les cuesta un mundo convertir. Y con una UC que manda sobre la U en los últimos 12 meses. En 2016 disputaron 5 partidos, imponiéndo­se en 4 e igualando en uno. En esos duelos, la UC convirtió 12 goles. Justo el poder de fuego que está extrañando en este momento.

Al desmenuzar los números cruzados en este torneo, llama la atención un detalle: es el equipo con mayor promedio de posesión. Es más: en los dos torneos que ganó el año pasado tuvo menos tiempo el balón que en este Clausura. Si se hace una lectura aún más fina de la posesión de la UC, se ve que tiene más pases acertados (3.694), mayor precisión de pases (81,7), mayor precisión de pases en mitad de cancha (89,4) y mayor precisión en campo contrario (75,7).

Sin embargo, el dominio de tiempo efectivo y precisión con el balón, no se traduce en triunfos. Hace goles (19), pero también sufre mucho en cada ataque del rival. En 11 partidos recibió 20 tantos, casi dos por partido.

Todo lo contrario a lo que padece justamente la U. Apenas recibió ocho goles. Su mejor cifra desde el Clausura 2011, cuando tuvo seis goles en contra en las primeras 11 jornadas. Una mejora sustancial en comparació­n con el último año, donde Herrera fue uno de los arqueros más batidos. Algo muy distinto a este 2017, donde dejó en seis ocasiones su arco en cero.

Además, la U es un equipo difícil de romper. Salvo ante Iquique en la primera fecha, cuando Hoyos aún no encontraba el equipo titular ni la fisonomía, jamás inició perdiendo un partido. Es decir, lleva 10 fechas sin comenzar abajo en el marcador. Algo diferente ocurre con su rival, que inició siete veces en desventaja, sólo pudiendo torcer la historia en dos. El resto se selló con derrotas. Aunque hay un dato particular con la UC cuando arranca ganando: de los tres partidos en que anotó el primer gol en este torneo, se impuso en todos.

Una de las mayores cualidades de la U es su decisión para ir a buscar los partidos. No le queda bien la pasividad. De hecho, más de la mitad de los 15 goles que acumula los convirtió antes de la primera media hora. Un síntoma de cómo sale a buscar los partidos la U, que hasta el tanto de Mora la semana pasada frente a Wanderers, siempre había convertido dentro del área.

Más allá del tiempo de anotación, Hoyos acertó con los delanteros. La dupla MoraUbilla ha convertido 11 de los últimos 13 goles de la U. La reaparició­n del Conejo sin duda que es un aliciente más para los azules.

La UC también tiene predilecci­ón por convertir en el tramo final de la cancha. Aunque a diferencia de su rival, tarda mucho más en anotar. Es más, muchos de sus 19 goles, los anotó en el último cuarto de hora. En total, 6 de sus anotacione­s llegaron en ese tramo del partido. Una situación que bien puede entenderse de un equipo que lucha hasta el final. Eso sí, hasta ahora, Salas no tiene delanteros confiables a los cuales aferrarse.b

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