Normas de construcción
Señor director:
La gran diferencia entre el humanismo cristiano y el socialismo es que para el primero la dignidad humana debe ser la referencia por excelencia de su accionar a favor del bien común, respetando a la persona humana desde la concepción hasta la muerte natural. En cambio, los socialismos de izquierda se han caracterizado por la violación sistemática de los derechos humanos. Es decir, por un no humanismo. Los ejemplos están a la vista de todos: Venezuela, Corea del Norte, Cuba, etc. P. Francisco Javier Astaburuaga Señor director:
Llama la atención que al fundamentar la existencia de los mal llamados “guetos urbanos” (que muchos eligen libremente), muchos profesionales, políticos y personas públicas asignen la responsabilidad de estos “monstruos de varios pisos” a las inmobiliarias, constructoras y arquitectos. No me pronunciaré de los términos para calificar las edificaciones, pero creo fundamental aclarar lo siguiente.
No es responsabilidad de las inmobiliarias, constructoras y arquitectos definir las condiciones de edificación en un predio. Las autoridades establecen las reglas; a saber, municipios y ministerios, con planes regionales, vialidades, transportes, áreas protegidas y/o patrimoniales, etc. Quien adquiere un predio y decide invertir altas sumas de dinero construyendo en él, supone que esas instituciones han estudiado, evaluado, priorizado urgencias y definido la imagen de ciudad e impactos de usos y condiciones establecidos.
Si el mercado lo permite, es obligación del profesional y/o inversionista maximizar las condiciones permitidas para su propuesta. Lo contrario sería una irresponsabilidad hacia su cliente. Si el resultado no es el esperado y genera externalidades no deseadas, pero cumple la normativa, la causa debe buscarse en quienes establecen las normas y no en quienes las usan.
Esta es una oportunidad para revisar la calidad de los profesionales que están saliendo de las escuelas o facultades de arquitectura y urbanismo. A mi juicio, una cantidad importante de ellas aún enseñan para una ciudad del siglo XX.