Jesuitas de Tirúa y el concepto de nación indígena
Como una “señal de esperanza” calificó Carlos Bresciani S.J., superior de la comunidad jesuita de Tirúa, el documento de la Comisión Nacional Justicia y Paz. Ello, pese a lamentar que las propuestas emanadas de la Comisión Asesora Presidencial para La Araucanía “no se hace eco de sus principales sugerencias y sólo lo incluyen como parte de su bibliografía”.
Bresciani atribuye al racismo del cual son objeto los mapuches aquella “nueva oportunidad desperdiciada” para abordar el conflicto desde un prisma más político. “Sin embargo, no todo es oscuridad. Con notable empeño, este informe de la Comisión Justicia y Paz se hace cargo de temas centrales que es necesario encarar para destrabar el conflicto”, indicó.
Estos son, a su juicio: un abordaje político y la consagración institucional de la plurinacionalidad y de consultas que incluyan a todos los involucrados, incluidas autonomía.
“Estos son temas que deben interesarnos si queremos superar asimetrías muy dañinas. Estoy consciente, a su vez, que estos conceptos requieren de contenido. Es clave que el mismo mundo indígena pueda especificar lo que entiende por ellos”, agregó el obispo.
A juicio del cientista político José Marimán, ex miembro de la Comisión para la Descentralización y uno de los ideólogos de la autonomía mapuche, “es saludable esta nueva postura de la Iglesia, las organizaciones y grupos más radicales. “Los innumerables procesos de diálogo que no se han hecho cargo de lo anterior solo han aportado desconfianzas”, señaló, añadiendo que “el hecho histórico esencial es que los mapuches lograron reconocimiento como nación y límites con la Corona Española y más tarde con Chile. En ambos procesos se negoció con la pluralidad de representantes mapuches en función de su cultura organizacional”, “La inmensa mayoría mapuche no está por una solución violenta”. porque apoya la idea de que hay que crear un nuevo escenario político en La Araucanía o Wallmapu”.
Marimán consideró, además, “un paso adelante” el texto y sus propuestas “en el sentido de buscar salidas democráticas a la confrontación del Estado versus los mapuches y también en la evolución del lenguaje, ya que se nos reconoce desde la Iglesia como parte de un pueblo o una nación”.
Según el académico mapuche, la aceptación de formas de autodeterminación interna destacó.
Para Bresciani, el hito que marcó el fin de dicha relación diplomática y política entre ambos pueblos fue la imposición de las campañas militares en la mal llamada “pacificación”. “Hasta hoy no tenemos paz. De allí lo importante de retomar aquel camino extraviado”, subrayó.
Destaca también que “la propia Iglesia ha ido cambiando su lenguaje para referirse a los mapuches desde la idea de cultura étnica hacia la idea de pueblos indígenas y hoy al concepto de naciones indígenas”.
La comunidad jesuita de Tirúa desarrolla su labor pastoral en el epicentro del conflicto, al sur de la provincia de Arauco. Ello, asegura, les otorga una visión panorámica de la situación.
“La inmensa mayoría mapuche no está por una solución violenta, pero tampoco acepta la dilación por décadas de sus derechos a la tierra, cultura y autodeterminación”, concluyó.b
Carlos Bresciani, comunidad jesuita de Tirúa
o autonomía, en concordancia con los avances en el derecho internacional, constituyen lo nuevo y destacable en el documento de la Conferencia Episcopal.
“Es una propuesta de nuevo comienzo, que crea nuevas condiciones para que los mapuches participen con poder de decisión en la búsqueda de soluciones para toda la población pluriétnica regional. Y en esto hay que actuar con generosidad y visión de futuro para no excluir a nadie de la convocatoria a abordar el tema”, finalizó.b