Ausencia de certezas
AL COMENZAR el año los analistas eran inundados por certezas sobre el resultado de la próxima elección presidencial: los contendientes reales serían Guillier y Piñera; y lo demás, ruido. Pocos meses después el escenario no puede ser más incierto y están sucediendo cosas que nadie previó ni pudo prever. Alejandro Guillier aparece en retirada en las encuestas. La Nueva Mayoría, a su vez, no tendrá una primaria, no porque la fortaleza de éste hiciere desertar a los contendientes, sino porque han aparecido otros no imaginados (Lagos, el imaginado, ya no está) que van por otro camino.
Beatriz Sánchez, que nadie se hubiera atrevido a soñar como candidata, se presenta como una pesadilla para Guillier. Creció como la espuma, nada diferente de éste, y acaso siga su misma suerte -la espuma suele desinflarse rápido-, pero hay factores que presagian otra cosa. Por un lado, no forma parte de la NM, conglomerado internamente fracturado y desgastado ante el electorado, por lo que no carga con el peso de la continuidad, ni le debe lealtad alguna. Y además, que súbitamente el Frente Amplio sacó una primaria del sombrero, que el oficialismo fue incapaz de acordar, que reforzará el carácter ciudadano de su aventura, algo que Guillier tratará de conseguir inesperadamente recolectando firmas como independiente.
Carolina Goic, a su turno, juega sus posibilidades basada en que ha generado una cierta mística -que se suponía perdidaen la base democratacristiana, aunque es imposible anticipar hasta dónde llegará. Al menos, se puede especular que algunos votos quitará a Guillier, quizás los suficientes para que Sánchez pase a segunda vuelta. Visto así, no hay que descartar que la Nueva Mayoría se las ingenie como sea para bajar a cualquiera de los suyos.
Contradictoriamente, la “Bea” contribuye a fortalecer a Sebastián Piñera, porque acentuará el temor a la izquierda que impulsa a muchos en la derecha –más que la adhesión- a votar a por él y a descartar a otros. Además, porque la primaria del Frente Amplio potencia la que sostendrá Chile Vamos. Si se pensó en cancelarla, no fue por el cuento que la izquierda iría a votar en contra de Piñera (solo los que actúan disciplinadamente hacen eso y muchos están inscritos en los partidos de la NM, de modo que no podrían votar en la primaria de CHV), sino porque sería una votación “huacha” que pudiera no llevar mucha gente a votar y resultare en una victoria de Piñera con poco lustre. Ahora, al haber otra primaria, con una candidata convocante, todo el proceso será más llamativo e impulsará a más gente a concurrir a ambas.
Y si bien a Piñera lo rodean más certezas, hay que ver qué efecto tendrá la confrontación con Felipe Kast y Ossandón. Y tampoco hay que descartar que el ambiente se caldee, que es lo propio de una verdadera contienda, que de lo contrario puede ser percibida como “trucha”. Y a continuación, lo que hagan José Antonio Kast y Goic, que significarán una tenaza que atraiga votos por el centro y la derecha de Piñera. Lo único cierto, entonces, es que no hay certezas y que cualquier cosa puede suceder. Lo demás, son análisis interesados.
A principios de año había certeza de que los contendientes serían Guillier y Piñera. Poco después, el escenario no puede ser más incierto.