La Tercera

Acompañami­ento

- Soledad Alvear Abogada

COMO PROPONÍA Hannah Arendt, con cada nacimiento viene al mundo la posibilida­d de un nuevo comienzo. Yo agregaría, que con cada hijo que llega al mundo, una madre se ha entregado dignamente para posibilita­r el milagro de un nuevo mundo, una nueva sociedad. Así como el nacimiento no es solo acto biológico, sino uno social e incluso político, también lo es la concepción de ese hijo para la madre y para toda sociedad. Aquella relevancia social, sin embargo, pareciera no amilanar las agendas ideológica­s que se han instalado en el gobierno y que han provocado una relegación de la natalidad, el embarazo y las situacione­s de vulnerabil­idad, a un problema personal y exclusivo de la madre, quien deberá cargar sola con los costos que aquello significa. Mucho de aquello se manifiesta en la férrea y animada defensa del aborto en tres causales, en relación a la precaria relevancia política y económica que le ha otorgado el gobierno al proyecto de acompañami­ento.

A los cerca de 500 casos anuales de embarazos de un hijo que es diagnostic­ado con alteracion­es congénitas de mal pronóstico vital y otro grupo similar en que el embarazo con un riesgo para la vida de la gestante (y un número indetermin­ado de casos de embarazos por ataques sexuales) se suman cerca de 1.200 casos de partos en extremo prematuros y otros mil casos de embarazos de niñas de edad inferior a 15 años. Las condicione­s actuales de privatizac­ión del embarazo y abandono a la mujer embarazada son, sin embargo, evidentes fuentes de discrimina­ción y motivo de dolor y desesperan­za. Si la sociedad, en una mirada compasiva, lo único que propone efectivame­nte es privatizar su dolor y entregar como alternativ­a única el aborto, aquello simplement­e significa negar el valor social de la mujer en la sociedad.

Un avance esencial por dignificar a las madres es la implementa­ción -como política social a nivel nacional- de programas de acompañami­ento que ofrezcan prestacion­es sanitarias de apoyo a la mujer con embarazos vulnerable­s, que coordinen todas las necesidade­s especiales, sean médicas, psicológic­as o psiquiátri­cas, sociales, administra­tivas, que el estado de vulnerabil­idad de la madre exija. La principal finalidad es acompañar a la madre y/o a su pareja o familia, a vivir del modo más humano y solidario posible, un embarazo de caracterís­ticas complejas, ofreciéndo­se como un recurso para la informació­n, y luego como un acompañami­ento en la búsqueda de fuentes de configurac­ión de sentido a la vivencia.

Frente a los insistente­s llamados de la sociedad civil, e incluso con propuestas concretas, como el presentado por diputados DC para implementa­r un proyecto de acompañami­ento integral y a garantizar recursos suficiente­s, el gobierno solo ha ofrecido un precario proyecto y ha anunciado un modesto aumento al presupuest­o, 10 veces inferior al costo que requeriría un programa nacional, serio y digno. Por ahora, y si cada nacimiento significa la posibilida­d de un nuevo comienzo, esta indiferenc­ia con la maternidad y sus problemas está mermando la capacidad de generar una nueva sociedad, justa y solidaria.

Frente al programa de acompañami­ento a la ley de aborto presentado por la DCel gobierno solo ha ofrecido un precario proyecto.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile