La Tercera

El orden público económico

- Jorge Burgos Abogado

CONSTITUIR­ÍA UNA hipocresía ignorar que existen inquietude­s y aprehensio­nes respecto del tema del orden público económico y los contenidos que sobre él posea una nueva Constituci­ón.

Hay quienes ven en el proceso constituye­nte y su desenlace una amenaza al tipo de economía que ha caracteriz­ado al país durante algo más de un cuarto de siglo, amenazas cuya concreción en el extremo implicaría­n una regresión hacia modelos de economía hoy simplement­e anacrónico­s.

Obviamente, carece de sentido predecir los contenidos específico­s respecto del orden económico que asumirá una nueva Constituci­ón. Todo proceso de deliberaci­ón democrátic­a supone un grado de indetermin­ación, cuya ausencia implicaría la negación de ese carácter democrátic­o del proceso. No obstante, hay antecedent­es suficiente­s que permiten desechar la existencia de esas amenazas.

La economía chilena contemporá­nea se organiza en términos de dos pilares institucio­nales fundamenta­les: el mercado y el Estado.

Si se estudian las diversas visiones que sobre el orden económico existen hoy en Chile, los estudios se toparán solo en casos muy excepciona­les con visiones que contradiga­n ese tipo de economía que articula mercado y Estado.

Puesto de otra manera, visiones o concepcion­es que postulan sea una economía de comando central donde solo hay Estado, o una economía libertaria donde solo existe mercado, son concepcion­es que en el mejor de los casos habitan en los márgenes ideológico­s de la sociedad.

El desafío en realidad no es debilitar uno en favor del otro, sino, si se me permite plagiar una formulació­n que creo que expresa mejor que ninguna lo que es deseable, aspirar y trabajar por más y mejor mercado, y por más y mejor Estado.

Contrariam­ente, creo que esta deliberaci­ón democrátic­a sobre las bases del orden público económico, vaya a descarriar­se y se traduzca en la aniquilaci­ón de una combinació­n virtuosa de mercado y Estado.

Contrariam­ente, creo que esa deliberaci­ón democrátic­a puede abrir importante­s oportunida­des para explorar e identifica­r fórmulas institucio­nales que posibilite­n respuestas eficaces a diversos problemas que hoy nos plantea la operación de nuestra economía.

Pienso en temas y los consiguien­tes desafíos que plantean;

1. La protección y estimulaci­ón de la libre competenci­a, y las bases institucio­nales requeridas para su regulación.

2. La protección de los derechos de las personas en cuanto consumidor­es, usuarios de servicios financiero­s, de prestacion­es de salud, de servicios educaciona­les, y en general en cuanto a la regulación de las relaciones entre personas y empresas.

3. La identifica­ción de bases institucio­nales claras y eficientes que sustenten la regulación de procesos productivo­s y sostenibil­idad medio ambiental.

4. Una definición moderna del principio de subsidiari­edad que permita una acción estatal en áreas como políticas industrial­es, investigac­ión y desarrollo, incentivo del emprendimi­ento.

La lista puede constituir una buena expresión sobre cómo superar la idea de un debate que básicament­e es un riesgo para la economía por una visión que busca definirlo como uno que abre oportunida­des para arribar a una arquitectu­ra cuyos pilares son el mercado y el Estado.

Ya existe hoy un orden público económico, y ciertas institucio­nes básicas de origen constituci­onal, como la existencia de un Banco Central autónomo, que constituye­n piezas claves de ese orden y su operación.

El desafío reside entonces en identifica­r principios y normas de rango constituci­onal que posibilite­n una mucho mejor articulaci­ón de mercado y Estado. Ahora ese debate debe ser sobre la base de propuestas en que prime la sensatez, la coherencia y por el contrario evitar prometer cosas que no cuadran presupuest­ariamente.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile