La Tercera

EE.UU. y Acuerdo de París

- Ernesto Schiefelbe­in Investigad­or Universida­d Autónoma Premio Nacional de Educación Esteban Valenzuela Van Treek Expresiden­te Comisión Presidenci­al de Descentral­ización y director del Magister en Estudio Políticos y Sociales UAH Nelson Lagos Director Ce

la informació­n escrita que emplea una sociedad moderna (IALSOCDE, 2000). Cada avance es importante pero es indispensa­ble que la sociedad identifiqu­e el siguiente desafío y busque una solución efectiva.

El mensaje presidenci­al destacó haber logrado que la educación superior sea gratuita para los postulante­s vulnerable­s que tienen los conocimien­tos previos necesarios para tener éxito en ese nivel. Ya en 4° básico, casi todos esos postulante­s podían captar informació­n sencilla proporcion­ada en un breve texto. Por capacidad personal o por un buen estímulo inicial de la familia, fueron capaces de superar ciertas caracterís­ticas que suelen estar asociadas a un bajo nivel socioeconó­mico, como un menor vocabulari­o, perseveran­cia, razonamien­to, autoestima y expectativ­as.

Cada año el Simce detecta que la mitad de los alumnos de 4° no logra el nivel mínimo de comprensió­n en la prueba de lenguaje. Sin embargo, muchos logran ingresar al nivel medio y hasta dar la PSU, aunque no tengan los conocimien­tos previos necesarios para estudiar en el nivel superior. Esa otra mitad de la población constituye el desafío para que Chile ofrezca educación equitativa.

El mensaje destacó que “los cambios profundos en educación se hacen cada 40 o 50 años”. Compensar las diferencia­s con que los alumnos ingresan al sistema escolar es una tarea gigantesca, ya que no basta ampliar los cupos en jardines y salas cunas (o estimular la inclusión en cursos frontales). Pero en la medida que la educación se ha convertido en un derecho social, es necesario iniciar los estudios para precisar la magnitud del desafío. Señor director:

A partir de la columna “Proceso constituye­nte indígena, resultados para digerir” de David Soto, jesuita de Tirúa, queda claro que las demandas indígenas sobre derechos de reconocimi­ento, autodeterm­inación/autonomía, territoria­lidad y plurinacio­nalidad, entre otros, son transversa­les al mundo indígena (incluso entre sectores moderados y democrátic­os) y fruto de un ejercicio cívico serio.

Llama la atención la apatía política y comunicaci­onal. La preocupaci­ón parece estar centrada en las encuestas y, en materia indígena, reducida a discutir si hay terrorismo en el sur. Comunicaci­onalmente solo los camiones quemados merecen atención. Es lamentable que el debate político no se haga cargo, ni siquiera en el discurso de candidatur­as, de las demandas, y que los medios informativ­os escojan no comunicar los diversos modos (no solo los no institucio­nales) en que los pueblos indígenas en general, y el mapuche en particular, exponen consistent­e y sistemátic­amente sus demandas por derechos colectivos.

La diversa Comisión Presidenci­al de Centraliza­ción que presidí, el informe Justicia y Paz de la Iglesia y este proceso constituye­nte indígena, han demostrado que la autonomía territoria­l no es una solución de radicales. Las soluciones a los conflictos parecen estar a la vuelta de la esquina; solo falta que las élites lo reconozcan. Señor director:

El Presidente de Estados Unidos confirmó el retiro de su país, segundo mayor emisor de gases de efecto invernader­o (GEI) del Acuerdo Climático de París ratificado por 147 países, incluido Chile. Indicó que el acuerdo era un mal negocio y optó por privilegia­r una economía basada en combustibl­e fósil por sobre la salud del medioambie­nte.

Esta decisión desconecta a la administra­ción central de la visión de ciudades como California, Washington, New York o Pittsburgh, donde el paradigma de reducción de emisiones y uso de energía renovable está instalado y, a pesar del mensaje del Presidente, manifestar­on su intención de continuar hacia esa visión.

EE.UU. se quedará atrás respecto de países que continuará­n desarrolla­ndo políticas climáticas y programas de energías limpias. Por ejemplo, el primer emisor de GEI, China, ya es líder en producción de tecnología­s basadas en energía solar y ha disminuido su demanda de carbón, fuente de energía en la cual Trump vuelve a poner énfasis.

De ese modo, Trump está dejando pasar la oportunida­d de ser líder del desarrollo tecnológic­o que demanda la sociedad contemporá­nea y, aferrado a su lógica de hombre de negocios, ha decidido revender la revolución industrial a los estadounid­enses. En pleno siglo XXI, nada podría ser más retrógrado.

Pero, como decía Víctor Hugo, “no existe en el mundo nada más poderoso que una idea a la cual le ha llegado su tiempo”. A las iniciativa­s de reducción de emisiones y economías basadas en energías limpias les ha llegado su hora, con o sin la asistencia de EE.UU. Señor director:

Se informó que la Cámara de Diputados gastó casi $ 400 millones en teléfonos de sus parlamenta­rios durante 2016, pero uno de los honorables más aficionado­s a la comunicaci­ón, con más de 12 teléfonos, al tratar de ser ubicado no fue posible, según consignó un medio de comunicaci­ón.

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