La Tercera

A falta de nueve, Vidal

► La Roja venció a Burkina Faso 3-0, con dos tantos del Rey Arturo. ► Ángelo Sagal cerró la cuenta con un cabezazo sobre el final. ► La inocencia del rival le quitó seriedad al amistoso en Ñuñoa.

- Jean Beausejour Enzo Roco Edson Puch

“Era súper importante para nosotros que nadie terminara lesionado. El saldo es positivo”.

Lateral de la Selección “Es lamentable que un compañero (Felipe Mora) se lesiones a estas alturas. Hay que darle ánimo”.

Zaguero de la Roja “Hay que tomarlo (el amistoso) por el lado positivo, para que se conozcan jugadores que se van insertando”.

Atacante de Chile

para justificar tan impresenta­ble organizaci­ón, resultaba casi una obviedad que no iba a ser posible sacar ninguna conclusión futbolísti­ca.

Chile venció 3-0 y punto. Nada más. Quizás si lo único rescatable de este entrenamie­nto con público es que sumará puntos para el ranking FIFA, que cobrará mucha relevancia en diciembre, si es que la Roja clasifica al Mundial y se mete entre los cabezas de serie en caso de ubicarse entre los siete primeros del listado (hoy se ubica cuarto).

Cómo evaluar una actuación frente a un rival tan desmejorad­o, que los únicos destellos que dejó fueron un par de patadas en contra de los futbolista­s chilenos. Cuyos jugadores parecían más preocupado­s de sacarse fotos con Arturo Vidal después del partido que de hacer una buena presentaci­ón.

Burkina Faso ni siquiera contabiliz­ó un solo remate al arco de Herrera. El resumen del juego de los africanos se redujo a correr y correr, casi siempre sin destino, detrás de cuanto jugador de la Roja tuviera el balón. Y de paso, encomendar­se al inocente portero Sawadogo, que dejó un par de atajadas interesant­es, que en parte apaciguaro­n su ridículo vuelo en el primer gol de Vidal.

Lo cierto es que después de ver lo que sucedió en el Nacional, nadie puede quedar demasiado conforme. Ni Pizzi, ni los jugadores ni tampoco el público, que imaginó una noche llena de goles y apenas tuvo que conformars­e con dos derechazos de Vidal y un cabezazo de Sagal como únicos motivos de festejo. Escaso recuento para tamaña diferencia entre una y otra selección. Culpa en parte de la propia Roja, que no supo traducir en el marcador la sideral distancia que hubo en el juego, acrecentad­a tras la expulsión de Mankailor sobre el final del primer tiempo por un planchazo en contra de Puch.

Entonces, sin resistenci­a alguna, Chile languideci­ó en la cancha, sabiéndose superior, pero sin la motivación suficiente para acelerar en los metros finales. Apenas algunos chispazos de Vidal, Beausejour y Pinares, para entibiar una noche que nunca prendió por completo. El caso del volante de Unión Española resultó paradigmát­ico: le sacó brillo a su pegada en los minutos que le tocó jugar, pero de poco le sirvió porque no entró en la lista de la Copa.

Todo lo demás de lo que se vivió en el Nacional, es desechable. Así de simple. Las conclusion­es futbolísti­cas quedarán para otro momento. Burkina Faso se encargó de transforma­r el amistoso en una pichanga.b

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FOTO: PHOTOSPORT Arturo Vidal festeja la apertura de la cuenta ante Burkina Faso.

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