Todas las especies de tortugas marinas en Chile están con algún peligro de desaparecer
mortales o quedan tan dañadas que mueren finalmente”, asegura.
Zárate sostiene que la mayoría de las tortugas capturadas incidentalmente se liberan vivas, “hasta ahora tenemos pocos registros de tortugas muertas”, dice. Pero agrega que en el caso de la tortuga laúd, que puede medir hasta 1,8 metros, su situación es más crítica no sólo por la pesca, sino por las amenazas en sus playas de anidación, donde todavía hay extracción de huevos y pérdida y degradación de su hábitat. “Si uno no protege ambos ambientes, no vas a lograr nunca la protección efectiva total”, asegura.
Más al sur, Jorge Leichtle, académico de la Facultad de Medicina Veterinaria de la U. San Sebastián, en Concepción, señala que al año reciben entre tres y cuatro casos de tortugas oliváceas y verdes, heridas, la mayoría desorientadas por chocar con algún barco pesquero. “Llegan debilitadas a las orillas, incapaces de retomar la corriente”, cuenta, las que son rehabilitadas y luego llevadas para su devolución a Antofagasta.
Algunas llegan con cuadros infecciosos, por lo que pueden pasar hasta un mes en recuperación, mientras otras no logran sobrevivir o llegan muertas.
Protección efectiva
Sielfeld sostiene que clasificar el grado de vulnerabilidad de la especie ya es una medida de protección que obliga a cumplir con condiciones, como que no se puedan molestar, cazar u obtener subproductos, como caparazones o cráneos. El problema, agrega es “cómo hacemos cumplir eso, porque Chile tiene un litoral muy extenso y es difícil”.
Un campaña de difusión y
“Son tortugas muy amenazadas, dos en peligro crítico, sensibles a caer en redes de pesca”.
Ministerio de Medio Ambiente.
“Si uno no protege en ambos ambientes, no vas a lograr nunca la protección efectiva total”.
Instituto de Fomento Pesquero.
“Parques marinos funcionarían si esos lugares los protegemos efectivamente”.
U. Arturo Prat.