Monumentos nacionales en Villa San Luis
Señor director:
A quienes nos preocupa el desarrollo urbano y la transparencia de los procesos normativos que definen los planos reguladores y las normas que rigen el ámbito inmobiliario, llama la atención que el Consejo de Monumentos Nacionales (CMN) haya tomado la decisión de declarar Monumento Nacional los dos edificios a medio demoler del Lote 18A-1 de la Villa San Luis de Las Condes, anulando el anteproyecto aprobado por la Dirección de Obras de ese municipio.
No se entiende que después de años de abandono de los edificios y su entorno, justo antes de iniciar el proceso del desarrollo inmobiliario aprobado, el CMN prácticamente expropie el terreno aduciendo razones de memoria histórica.
Existen mejores formas de conciliar la memoria con un desarrollo urbano contemporáneo, que enfrentarse en una disputa que tomará años. Por mientras, seguiremos contemplando el deterioro de las construcciones abandonadas, como ha sido el destino de muchos edificios declarados monumentos nacionales.
Es de esperar que el Ministerio de Educación, que tiene en sus manos la dictación del decreto, pueda enmendar esta decisión sin debilitar la certeza jurídica que debe regir en la planificación y el desarrollo urbano. Señor director:
Declarar Monumento Nacional las ruinas de la Villa San Luis en Las Condes sería lo mismo que, en el futuro, se decidiera hacerlo con las casas Copeva en Puente Alto. y republicano, y que se maneja desde esa política que ya no queremos: la que solo busca el poder.
Chile necesita políticos que aporten con contenidos y cuyo objetivo sea tener políticas públicas de calidad. Por eso llamo a la elite política a aportar cuando se comunica con su entorno. Y si no aporta, es mejor callar. con frecuencia caen en incongruencias y falacias argumentativas; propuestas programáticas que exceden el margen de lo que es posible realizar en un gobierno; candidatos que desconocen aspectos esenciales mínimos para la investidura a la que aspiran; en fin, podríamos seguir sumando elementos y el panorama sería cada vez más triste.
Los últimos períodos electorales nos han mostrado los peores rasgos de la política que tenemos. Esperemos que seamos capaces de revertir la tendencia y volvamos a poner el acento en los verdaderos problemas de Chile, dignificando con convicciones, seriedad y compromiso la actividad política: para que no sigamos culpando al empedrado.