La apuesta por convertirse en una amenaza real
La primaria de hoy -que medirá a Beatriz Sánchez, periodista, y al sociólogo Alberto Mayol- será el primer test electoral del recientemente formado Frente Amplio (FA), conglomerado que reúne a numerosos partidos y movimientos ciudadanos y cuya visibilidad e instalación en la escena pública se consolidó luego de la inscripción en primarias legales. Una jugada estratégica que consiguieron gracias a una fulminante campaña de recolección de firmas para inscribir a Revolución Democrática, que no estaba constituido en todo el país, por lo que necesitaban cumplir con las 33.500 firmas requeridas, presentando finalmente más de 42 mil. Participar del proceso de hoy les permitió a ambas candidaturas tener franja televisiva, y propaganda, exposición pública a través de los debates. El principal desafío del naciente conglomerado será trasladar aquello a las urnas. Aunque no han querido entregar una cifra oficial de expectativa de votantes en su primaria, al interior del Frente se habla de 300 mil como mínimo para considerar el resultado un éxito. Además, se trata del piso, según analistas, que les permitirá instalarse o no como una real amenaza a la Nueva Mayoría, que vive su propio proceso de reacomodo interno con dos candidaturas. El resultado que obtenga el candidato ganador, aunque todos apuntan a un triunfo de Beatriz Sánchez, será el impulso inicial para medir su performance en noviembre y su capacidad de dar un golpe a la cátedra: un eventual paso a segunda vuelta. Internamente, el bloque tiene el desafío de mejorar sus mecanismos de resolución de diferencias internas, sobre todo pensando en el paso siguiente: la construcción de una fuerza parlamentaria mayor que la actual. Así como también la brecha entre ganador y perdedor puede marcar los equilibrios internos.
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