POSICIONES CLAVE
El Papa cerró ayer con la decisión de no renovar al cardenal Gerhard Mueller al frente de un importante cargo vaticano una semana clave en la que también se conoció el alejamiento, en principio temporal, de su “ministro de Economía”, George Pell, implicado en un caso de pederastia.
Francisco releva al frente de la Congregación para la Doctrina de la Fe al cardenal alemán Mueller, conocido por sus posiciones doctrinales conservadoras y sitúa además en su lugar, destacado en la Curia, a un arzobispo español, también jesuita como el propio
Papa, Luis Francisco Ladaria Ferrer.
La noticia circulaba ya en medios especializados en información sobre el Vaticano desde la víspera, pero con el comunicado no se esperó al vencimiento del mandato: el Pontífice despejó rápidamente la incógnita.
El Papa Francisco ha tomado durante esta semana intensa para el Vaticano otra decisión importante: la concesión de un período de excedencia en su cargo al cardenal australiano George Pell, quien el jueves por la mañana anunciaba en una declaración a la prensa que viaja a su país de origen a declarar ante la justicia.
Pell se declaró inocente de las imputaciones presentadas contra él en Australia por presuntos delitos de abusos sexuales y denunció un “ataque implacable” a él, al tiempo que aseguraba que volverá a Roma para continuar con el desempeño de su cargo.
La excedencia del cardenal Pell devuelve el foco sobre la Iglesia Católica y su gestión reciente de la implicación de numerosos miembros del clero en casos de abusos sexuales a menores, una “lacra” denunciada por el propio Papa en varias ocasiones pero en cuyo combate no han faltado críticas.
Pero la marcha del poderoso cardenal australiano deja también una vacante, en principio temporal, en uno de los puestos esenciales en la parte de las reformas del Pontificado de Francisco que afecta a la gestión de las finanzas vaticanas.