La Tercera

Cosecha del último tricampeon­ato

El 2 de julio de 2012 es una fecha grabada a fuego en los hinchas de la U. La llamada Generación de Oro, dirigida por Jorge Sampaoli, obtuvo el único tricampeon­ato del club. Hoy, justo cinco años después, varios integrante­s de ese plantel brillan en la ot

- Por Gonzalo Contreras

Hablar de la U de Jorge Sampaoli es hablar de una U todopodero­sa. Un equipo que arrasaba con sus rivales y que, incluso, despertó el interés y la admiración fuera de Chile. Un plantel que abastecerí­a a la selección chilena de jugadores claves para clasificar a Brasil 2014 y para conseguir posteriorm­ente todos sus logros internacio­nales.

Pero el último hito de aquel fenomenal grupo tuvo mucho de dramatismo. La U llegó a disputar casi sin fuerzas la final del Apertura 2012, contra O’Higgins, en busca de un tricampeon­ato inédito.

En el estadio El Teniente, los celestes del Toto Berizzo ganaron la ida por 2-1 y con la opción de haber cerrado el partido con un tercer tanto de Enzo Gutiérrez, que falló ante Johnny Herrera. Fue esa jugada la que dejó con vida a los azules, que evidenciar­on el cansancio de una dura temporada con una semifinal de Copa Libertador­es perdida ante Boca Juniors.

“El equipo venía de un desgaste bárbaro, incluso con muchos jugadores lesionados e infiltrado­s para llegar a jugar ese último partido. Llegamos con el tanque casi vacío y por suerte se nos dio para dar vuelta la llave ante un rival muy intenso y que jugaba bastante bien”, recuerda Gustavo Lorenzetti.

En la memoria colectiva se incrustó la historia de ese segundo partido, marcado por errores arbitrales de Enrique Osses. Para lado y lado. Primero, al sancionar un penal dudoso en favor de los rancagüino­s por una supuesta mano en el área de Marcelo Díaz, que permitió la apertura de la cuenta de Ramón Fernández.

La mala jornada para el juez prosiguió con la sanción de otra pena máxima, esta vez en favor de los azules, por una supuesta falta sobre Guillermo Marino, que nunca existió. Charles Aránguiz lo transformó en gol y metió nuevamente a la U en un partido que parecía perdido. “Hubo errores garrafales de Osses, que después incluso los reconoció con el paso del tiempo. Pero no vale la pena acordarse de eso”, desempolva el ex portero de O’Higgins Luis Marín.

El reloj marcaba el minuto 90 y Jorge Sampaoli, a esas alturas montado en una reja debido a la expulsión decretada por Osses, determinó el ingreso de Roberto Cereceda. Un lateral izquierdo, a quien el DT envió como puntero derecho. “Yo no iba a entrar. Beccacece quería que entrara Magalhaes y Sampaoli le dijo que entrara yo”, comenta el actual jugador de Palestino.

La ocurrencia de Sampaoli funcionó dos minutos después, cuando el partido se iba, y los cuatro mil hinchas de O’Higgins se preparaban para celebrar su primera estrella en 57 años de historia. “Entré con la mentalidad de que si me quedaba una pelota, poder tirar un centro o pegarle al arco. Después de una bicicleta de Junior (Fernandes), tiré el centro con mi pierna derecha. Y para qué te voy a mentir, no lo

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