La Tercera

¿Nos jugamos la vida?

- José Ramón Valente Economista

CUANDO USAMOS la expresión “jugarse la vida”, no lo hacemos en forma literal. Nos referimos a que un evento futuro como un examen o una competenci­a son muy importante­s para nuestras vidas. Ese fue el sentido que probableme­nte el ministro de Hacienda le dio a esta expresión hace unos días cuando señaló: “Chile no se juega la vida en la próxima elección presidenci­al”.

No puedo estar más en desacuerdo con el ministro Valdés. En la elección de noviembre próximo los chilenos vamos a decidir si el actual gobierno fue un paréntesis en la exitosa historia de progreso que experiment­ó nuestro país por más de 30 años, o si por el contrario, el paréntesis fueron esos 30 años y Chile se apresta a volver a la trayectori­a de mediocrida­d por la que transitó durante gran parte del siglo XX y durante los largos cuatro años de este gobierno.

Los malos gobiernos hacen que el progreso se detenga. Sin crecimient­o la única forma en que la vida de un ciudadano mejora es arrebatánd­ole parte de su bienestar a otro ciudadano. El estancamie­nto genera división y conflicto en la sociedad. Los que tienen más talento y más recursos terminan abandonand­o el barco, lo que hace que inevitable­mente el país retroceda y la sociedad se corrompa. Este no es un proceso instantáne­o pero a la larga un gobierno malo detrás del otro lo hacen inevitable.

Cuando un país elige consistent­emente mal a sus gobernante­s, sí se juega la vida. Pero no como un recurso literario. Se juega de verdad el bienestar y la vida de sus habitantes. Argentina era un país más rico que Corea hasta 1985, hace poco más de 30 años. Hoy los argentinos tienen la mitad del ingreso per cápita. Hoy hay tres veces más argentinos que coreanos viviendo bajo la línea de pobreza. Los argentinos tienen miles de millones de dólares fuera de Argentina y cientos de miles de sus mejores talentos trabajando en otras latitudes. Pero lo más triste de todo es que la esperanza de vida al nacer en Argentina es seis años menos que en Corea y la mortalidad infantil en Argentina es 2,5 veces mayor que en Corea. Vale decir los malos gobiernos que ha tenido Argentina, sí le han costado literalmen­te la vida a miles de sus ciudadanos, que han muerto antes de tiempo o ni siquiera han tenido la oportunida­d de vivir.

Chile, que hace no más de 30 años era el vecino pobre de Argentina, hoy lo supera en ingreso per cápita. La esperanza de vida al nacer es cuatro años mayor en Chile que en Argentina y la mortalidad infantil en Argentina es 30% superior a la de los niños chilenos. La elección de malos gobernante­s, como la familia Kirchner, tiene mucho que ver con estos resultados.

A juzgar por los casi dos millones de chilenos que votaron en las primarias del domingo pasado, donde no había un candidato de continuida­d de este gobierno, lo que el ministro Valdés no tiene claro, la mayoría de los chilenos sí. Los países sí se juegan la vida en elecciones como la del próximo noviembre, donde lo que está en juego es el modelo de sociedad, el ritmo de su progreso y a la larga la vida de sus habitantes actuales y futuros.

Lo que el ministro Valdés no tiene claro, la mayoría de los chilenos sí. Los países sí se juegan la vida en las elecciones, como la de noviembre.

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile