El caso del bebé británico que la justicia autorizó desconectar desata fuerte debate en Europa
► “Baby Charlie” padece una rara enfermedad. Tribunales señalan que debe tener una “muerte digna”. ► Los padres se niegan y quieren llevar a EE.UU. al menor para un tratamiento experimental.
Chris Gard y Connie Yates eran una pareja británica desconocida meses atrás. Pero rápidamente su vida cambió y su causa se convirtió en una batalla internacional. En abril, la justicia británica dictaminó que su hijo Charlie, de 11 meses, sería desconectado de la ventilación artificial que lo mantiene con vida en el Hospital Great Ormond Street en Londres. La decisión va en contra de los deseos de los padres, quienes buscan prolongarle la vida.
“Baby Charlie” nació el 4 de agosto con una extraña condición genética, llamada síndrome de depleción del ADN mitocondrial (MDDS), con sólo 16 casos registrados en el mundo. A pesar de que nació sano, a los dos meses presentó dificultades y se le diagnosticó la enfermedad, que no tiene cura. Charlie ya no puede moverse, comer, escuchar o respirar por sí mismo. Así, desde octubre de 2016 está internado en el hospital.
Durante meses los padres de Charlie han luchado por mantenerlo con vida, aunque los médicos dicen que han agotado todas los recursos para salvarlo, por lo que recomendaron que sea desconectado. Estaba previsto que eso sucediera para el 30 de junio, pero la decisión fue pospuesta por la presión internacional.
La pareja se ha visto envuelta en una dura batalla legal con el hospital y en un debate sobre quién decide sobre la vida de su hijo. Tres cortes británicas han afirmado que el hospital tiene derecho retirar el sistema de ventilación artificial a Charlie para que tenga una “muerte digna”. Los padres llegaron incluso hasta la Corte Europea de Derechos Humanos, que el 27 de junio se negó a escuchar el caso. En un comunicado de prensa, la Corte se alineó con las sentencias anteriores y afirmó que “Charlie sufriría un daño significativo si su sufrimiento actual se prolonga sin ninguna perspectiva realista de mejora”.
La pareja ha argumentado que quiere llevar a EE.UU. al menor, donde podría recibir un tratamiento experimental que podría extenderle la vida.
“Defender la vida humana, sobre todo cuando se está herido por enfermedad, es un deber de amor que Dios nos confía a todos”.
“Es una posición inimaginable.
Cualquier padre querría hacer todo lo posible”.
primera ministra británica