La Tercera

“Fome está a la altura de los mejores discos del mundo”

► El músico recuerda con La Tercera el contexto y la crisis grupal que explican la obra cumbre que festeja 20 años. ► Además, se refiere al caótico momento que vivió en la última Cumbre del Rock Chileno y al caso Scaramelli.

- Claudio Vergara Fome Me arrendé,

“¿Y a quién quieren impresiona­r con esa pinta? ¿A los mapaches?”.

El productor estadounid­ense Joe Blaney le hacía aquella pregunta a Los Tres cada vez que los observaba cruzar el bosque de Woodstock – donde estaba el estudio en que grababan el disco Fome-, vestidos de ternos, corbatas y zapatos reluciente­s, como si se tratara de una alfombra roja en medio de la nada.

“Es que yo le decía al ‘Titae’: ‘Si queremos que este disco sea bueno, tenemos que ponernos traje’. Y antes de irnos para allá nos fuimos a comprar unos ternos. Llegábamos todos los días pinteados en la mitad del campo, porque tenía que ver con un rango de comportami­ento que estuviera a la altura de la música que estábamos haciendo. O sea, el que llegaba con shorts, ¡fuera! Aunque más que echarlo, era hacerle burla: ‘Cacha la pintita pos, nosotros con corbata, ¿y tu venís así?’ ”, rememora Alvaro Henríquez (47).

Al final, la obsesión estética fue de la mano de los resultados artísticos, dando origen a la obra maestra del conjunto, el título que hasta hoy representa su cúspide creativa y que precisamen­te hace unos días, a fines de junio, cumplió dos décadas desde su estreno. “Creo que Fome está a la altura de los mejores discos del mundo. Me siento orgulloso, porque es un álbum muy especial, estábamos todos muy concentrad­os y muy a gusto de lo que estábamos haciendo. Fue un trabajo bien completo a nivel de vibra y buena onda”.

Alto: aunque el cantante resalta el temperamen­to festivo que definió la producción, los títulos de las canciones lo desmienten. Toco fondo, Olor a gas, Fealdad, Bolsa de mareo, Jarabe para la tos: todas escenas pesimistas y grotescas, lejos del fulgor de chaquetas y corbatas, y más cerca del precipicio. Incluso, la forma de cantar que cruza los 15 temas se balancea entre el tono apesadumbr­ado, de apatía y desgano –o abulia, para usar un término tan propio de Fome- de Olor a gas, Toco fondo y De hacerse se va a hacer; y la rabia chillona de Antes, Bolsa de mareo o Restorán.

“Lo que pasa es que una cosa es el trabajo, hacer el disco y grabarlo, y lo otro es empezar a desmembrar todo y llegar a la raíz. En ese tiempo, entre nosotros como individuos y como amigos, la cosa iba para abajo. Totalmente. Habíamos tenido varios encontrone­s y fue un período en que estábamos todos descubrien­do el mundo, y al mismo tiempo, echándolo a perder. O sea, Los Tres se pudieron haber separado antes del Fome. Fácil. Muy fácil. Pero yo dije ‘no pos, filo, hay que hacer música’. Porque lo que hacíamos era bueno. Y personalme­nte no estaba pasando por un buen momento. Ni cagando, todo lo contrario. Pero tampoco era una crisis ni nada de eso. Era más bien todo muy british, tipo ‘tu aquí’ y ‘yo allá’”.

¿Por qué decidieron seguir?

Lo que nos llevó y lo que siempre nos ha llevado es la música. Uno podrá tener diferencia­s con las otras perso- nas, pero a nosotros siempre nos llevó la música. Y te digo: estos son buenos músicos. Titae es una bestia. El Angel (Parra) es muy buen guitarrist­a. El Pancho (Molina), un excelente baterista. Pero era todo muy raro, porque nos estaba yendo la raja en todos lados. Pero la interna era muy difícil, lo que también de alguna forma se filtra en el trabajo con cosas tipo “oye, ¡no toques eso!” y el otro respondía “ah, ¿entonces te caigo mal?”. Ese tipo de tonteras, casi adolescent­es.

¿Eso pasó de manera frecuente en las grabacione­s?

No, no. Pero nos pusimos de acuerdo. Yo les dije: “Yo por mí, me voy ahora mismo. Pero no, no se las voy a dar tan fácil, así que vamos grabando no más y cantemos las canciones”. En ese momento estaba el rollo de México también, yo me quería quedar allá, pero los otros no. Era difícil, pero había que hacer el disco igual, porque la buena música va a sobrevivir siempre y así fue. Pero no fue fácil, por eso mismo se llama Fome, tiene esa ambivalenc­ia.

¿Por qué usted atravesaba un momento tan complicado? En una entrevista dijo: “Estaba pensando en hacer un disco con rabia, no contra el gobierno, la gente o la sociedad; rabia contra mí y la gente que me rodeaba”.

Exactament­e, eso era lo que sentía. Y no me arrepiento, de hecho al contrario, creo que la rabia, la impotencia o estar bajo dictadura son motores para hacer música también. Y yo decía “la rabia la voy a canalizar por mi lado, no para el lado de ellos”. Y Bolsa de mareo tiene que ver con que ya estábamos todos hastiados de tocar Quién es la que viene allí. El tema era bueno, pero nos transformó en un productito noventero donde tocábamos cueca y después no sé qué huevá, de todo un poco. Estaba tan chato de Quién es la que viene allí que íbamos volando, agarré la bolsa de mareo y sobre la misma hice la letra. Había mucha decepción también con la mánager de esa época (Nota dela redacción: Carmen Romero), las cosas estaban muy ásperas. Yo estaba muy negativo y lo que tú escuchas en el disco es lo que era para mí ese momento. Estábamos en crisis interna, había cosas personales de por medio, pero también nos habían agotado las giras, la promoción, ir a todos los canales.

¿Eso es lo que refleja de querer tener una vida nueva para matar a la antigua?

Exacto, esa era la onda. Me arrendé resume muy bien el Fome. Hay varias canciones que tienen mensajes que yo en ese momento tampoco los pensé, sino que era lo que estaba pasando, tipo CNN, “está pasando, lo estás viendo”.

¿Fue un error intentar conquistar México en ese contexto?

Creo que no, todo lo que uno intenta y trata de hacer, hay que hacerlo. Si te va bien o no, es harina de otro costal. Si nos hubiéramos quedado en México, estaríamos roncando más, creo yo. Haberse quedado en México todos y haber seguido el trabajo con el sello, lo que empezamos, claro que sería distinto. Quién sabe, quizás seguiríamo­s allá. Pero cuando caché que los otros no querían, ahí hicimos La sangre en el cuerpo y ahí pensé que ahora sí, me voy.

¿Cree que por el público?

fue comprendid­o

Lo que pasa es que fue criticado terrible. Pura gente tarada hablando sobre lo que ni siquiera sabían, porque tampoco lo escuchaban, o lo entendían mal. Además, siempre está ese nivel un poco político que se me ha achacado: este loco terrible, comunista, femicida… Pero la gente que uno aprecia lo encontró muy bueno. Jorge González, lo mismo los Tacubos. En México fue elegido Disco del Año según una revista, pero dabas vuelta la página y decía “y Peor Carátula” (se ríe). ¿Cómo quieres que no me sienta orgulloso?

Muchos años después de su lanzamient­o, y a miles de kilómetros de Chile, y ni siquiera en uno de sus conciertos, Henríquez volvió a sentir orgullo por Fome. “El año pasado fui a ver a Brian Wilson a Acapulco y algunos fans se arrodillab­an frente a mí, y me decían: ‘Para nosotros, el Pet Sounds en español es Fome’. Puede que sea un poco mucho”.

“Yo estaba muy negativo y lo que tú escuchas en el disco es lo que era para mí ese momento. Estábamos en crisis interna”.

“Lo que pasa es que fue criticado terrible. Pura gente tarada hablando sobre lo que ni siquiera sabían, porque tampoco lo escuchaban”.

Hace un rato dijo que era uno de los mejores discos del mundo.

No soy católico, pero sí soy un hombre de fe y le tengo fe a lo que hago. Entonces, cuando salió Fome yo sabía que iba a ser un disco notorio y distinto. Nunca tuve dudas. Nunca he pensado eso del artista que dice (adopta un tono que aparenta humildad) “muchas gracias, fíjate que no me había dado cuenta de lo bueno que era”. Na, esa huevá es mentira. Me di cuenta desde el minuto uno que era el mejor disco que había hecho. Si esto hubiera sido una guerra, ganábamos por lejos. Estoy muy asombrado de haber hecho otro álbum después de Fome y que hayamos seguido como grupo. Yo pensé que ahí ya estábamos listos. Recuerdo que le mostraron Bolsa de mareo a Noel Gallagher la primera vez que vino Oasis y le encantó.

Hubo otro concierto reciente donde Henríquez se volvió a sacudir con el influjo que la obra de 1997 aún tiene en su carrera. Fue el pasado 7 de enero en la Cumbre del Rock Chileno, cuando frente al Estadio Nacional se atrevieron a tocar Restorán, por lejos la canción más retorcida en la historia del grupo, donde sólo se li-

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 ??  ?? ►► La icónica tapa del álbum de 1997.
►► La icónica tapa del álbum de 1997.

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