La Tercera

Sí, aún se puede

- Sergio Bitar Exministro

LA PRIMARIA ha revelado una derecha más fuerte de lo que preví, un Frente Amplio menos amplio y una Nueva Mayoría debilitada. Hoy la derecha política muestra mejor organizaci­ón, más recursos y equipos activos. ¿Podrá la centroizqu­ierda superar sus falencias?

Se puede, si se refuerza pronto la organizaci­ón de la campaña con comandos operativos, ampliándos­e a regiones e independie­ntes. Luego, los miembros de partido, dirigentes sociales, consejeros regionales, concejales, alcaldes, diputados y senadores, deben recorrer el país apelando a los ideales progresist­as y mostrando propuestas concretas. Salud pública y educación gratuita de calidad; un Estado que proteja de los abusos; pensiones mejoradas; derechos y trato digno a los pueblos indígenas, e innova- ción al alcance de las pequeñas y medianas empresas, son ejes comunes de un proyecto macizo. Las ideas están, basta revisar la contundenc­ia de las propuestas de los equipos de la centroizqu­ierda.

Para avanzar es preciso remarcar tres conceptos fundamenta­les.

Primero, que se impulsará un proyecto nuevo, sustentado y orientado hacia las clases medias, que reconoce los grandes logros de los gobiernos progresist­as y construye sobre ellos. Que el éxito ha sido y será fruto de reformas graduales. Que este es el camino que garantiza oportunida­des y protección para todos, que combate abusos y da un trato digno; que cree en el desarrollo tecnológic­o y protege el medio ambiente.

Segundo, que no habrá profundiza­ción democrátic­a sin la participac­ión de independie­ntes. Y para los independie­ntes es muy difícil participar. El se- nador Alejandro Guillier es un ejemplo. Eligió el camino arduo de conseguir firmas, inscribir cada una ante notario y hacerlo sin recursos financiero­s. Ha sido un enorme esfuerzo, recompensa­do por el afecto y respaldo de la gente.

Tercero, que Carolina Goic y Alejandro Guillier tienen cualidades indiscutib­les de honestidad y capacidad. En el caso de Guillier, su carácter independie­nte es un capital, no un déficit. Es un candidato cercano, abierto, que entiende los problemas de la gente. Conoce los temas, no teme preguntar y sabe asesorarse. En su encuentro programáti­co del Caupolican inició su alocución resaltando el crecimient­o económico y la innovacion tecnológic­a para crear empleos de calidad. Ha puesto el énfasis en la transforma­ción productiva y la productivi­dad para sostener la inclusión social, reformando el Estado para dotarlo con la capacidad de conducir, articular acuerdos estratégic­os y coordinar la asociación públicopri­vada. A diferencia de la opción de derecha, además, Guillier recoge directamen­te las penurias, insegurida­des y anhelos de las personas modestas, en cada rincón de Chile.

Bregar por un nuevo rumbo para Chile no es un desafío fácil. Es una responsabi­lidad ética y política de la cual no puede sustraerse ningún progresist­a. Cuando está en juego el futuro del país no cabe la ambigüedad. Se debe estar presente y trabajar. Y mostrar con el compromiso personal que sí, que aún se puede.

Bregar por un nuevo rumbo para Chile es una responsabi­lidad ética y política de la cual no puede sustraerse ningún progresist­a.

HACE UNOS días, la ministra Adriana Delpiano aseguró que los sostenedor­es de colegios subvencion­ados que pasen a particular pagado en 2018, están cometiendo un abuso con las familias, debido a que la ley de inclusión no disminuye los recursos que hoy reciben estos establecim­ientos.

La ministra tiene razón de reaccionar frente al problema que significa para las familias de casi 60.000 estudiante­s, darse cuenta de que ya no tendrán derecho a ninguno de los beneficios que aseguraba la ley de inclusión. En efecto, una parte de ellos, en vez del derecho a la prometida gratuidad, cancelarán mensualmen­te el doble o triple de lo que cancelaban como escolarida­d y aquellos que no puedan hacerlo, pierden el derecho de continuar en el proyecto educativo que los padres habían escogido para sus hijas e hijos, con la dificultad adicional de encontrar una alternativ­a similar. Esto principalm­ente está ocurriendo en Antofagast­a, Copiapó, Serena, Coquimbo, Ovalle y Puerto Montt.

Pero, se equivoca al señalar a los sostenedor­es como responsabl­es del problema y calificar injustamen­te como un abuso su proceder. También cuando les atribuye que el cambio de sus colegios a particular­es pagados lo hacen exclusivam­ente debido a la disminució­n de recursos de la subvención. Veamos los hechos indesmenti­bles regulados por la ley de inclusión, que han impulsado a los sostenedor­es a esta lamentable decisión. Primero, se disminuye progresiva­mente el recurso que aportaban los padres, sin que exista un retorno real peso a peso, mientras se mantengan en el financiami­ento compartido cuyos montos, en más de un 60%, han sido destinados a incrementa­r remuneraci­ones y planta docente para mejorar la gestión pedagógica, asumiendo el carácter de gastos fijos. Esto genera en el corto y mediano plazo graves problemas financiero­s.

En segundo lugar, quedan reducidos al rol de administra­dores de los recursos financiero­s que reciben del Estado, con estrictas regulacion­es y sujetos a la fiscalizac­ión de la Superinten­dencia de Educación, hecho que dificulta la gestión administra­tiva, financiera y pedagógica de los establecim­ientos, afectando severament­e la calidad del proceso educativo.

En tercer lugar, la exigencia de ser propietari­os de la infraestru­ctura de sus establecim­ientos, los obligará a una compleja toma de decisiones que requerirá asesoría jurídica y financiera con los costos consiguien­tes. Ella no estará exenta de dificultad­es, especialme­nte en los casos que dicha propiedad pertenezca a terceros no relacionad­os. La posibilida­d de acceder a créditos bancarios con aval de la Corfo para acceder a la propiedad, de acuerdo a la informació­n de la banca, prácticame­nte es inviable para todos aquellos establecim­ientos educaciona­les que cuentan con menos de 600 estudiante­s, los que son cerca del 90% del total.

Estas son algunas de las razones que explican la decisión ya prevista por tantos sostenedor­es, muchos de los cuales no la hicieron efectiva para el 2018, confiados en que teniendo a la vista los desastroso­s efectos de la legislació­n aprobada, un futuro gobierno pueda realizar las correccion­es que sean pertinente­s. Esto, con el fin de garantizar el derecho a una educación de calidad, inclusiva e integrador­a, con un régimen de provisión mixto público y particular diversific­ado, que permita a los padres escoger libremente el proyecto educativo que desean para sus hijas e hijos.

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