La Tercera

El dictamen que enfrenta a la Contralorí­a con la Armada por caso de barcos salmoneros

► La entidad fiscalizad­ora pidió a Directemar cancelar la patente de una empresa cuestionad­a. ► Según denuncia, firma extranjera no podía operar. Repartició­n naval dice que resolvió conforme a la ley.

- Sergio Rodríguez y Carlos Reyes well boats Naviera Orca

“Haremos uso de todos los medios de la ley para corregir esta situación ilegal”.

Empresa denunciant­e

“En consecuenc­ia, correspond­e que la Dirección General del Territorio Marítimo y de Marina Mercante (Directemar) aplique la sanción que en derecho proceda, esto es, la cancelació­n de la inscripció­n en el Registro de Matrícula de las naves infractora­s”.

Esta es una de las determinac­iones que aluden a la Armada (institució­n de quien depende Directemar) y que están contenidas en un dictamen de la Contralorí­a General de la República, informado también a la Subsecreta­ría para las FF.AA., emitido el pasado 27 de abril.

Parece un detalle particular. Sin embargo, la resolución administra­tiva es parte de un litigio mayor, actualment­e en desarrollo, y que involucra a la institució­n naval y a un grupo de empresas navieras en el sur.

Los

Los barcos llamados well boats son verdaderas piscinas flotantes, en los cuales se mueven salmones vivos, desde las zonas de cultivo a las plantas faenadoras u otros puntos de la cadena.

El caso en cuestión data de 2014, cuando Naviera Orca S.A., junto a otras cinco empresas de well boats que operan en la Región de Los Lagos hacia el sur, denunciaro­n a Directemar que otro privado supuestame­nte operaba de forma irregular en este rubro, por ser una empresa de capitales noruegos.

La legislació­n chilena (Decreto Ley 2.222) establece que en el país el tráfico marítimo con transporte de carga -es decir, el cabotaje- está reservado sólo para las naves chilenas, propiedad de nacionales. Y su fiscalizac­ión, como todo lo relacionad­o con la marina mercante, correspond­e a la Armada, a través de Directemar.

En el reciente dictamen de Contralorí­a consta que en noviembre de 2014 comenzó a instruirse una investigac­ión sumaria, conducida por fiscales navales de las gobernacio­nes marítimas de Puer- to Montt, Punta Arenas, Aysén y Castro, que luego se acumularon en una sola investigac­ión, “que se resolvió por la Directemar el 9 de agosto de 2016, ratificada el 23 de septiembre de 2016”.

Esta indagatori­a finalmente consideró una multa a la firma cuestionad­a, pero no canceló las patentes de sus barcos, según lo propuso el fiscal marítimo y como lo pedían los denunciant­es, argumentan­do que la empresa era de capitales chilenos. El problema, según el reclamo del gremio de la zona, fue que en enero de 2015, mientras se desarrolla­ba la investigac­ión, el 51% de las acciones de esta firma fueron vendidas a su gerente, de nacionalid­ad chilena.

Según el dictamen de Contralorí­a, aunque la empresa propietari­a de las naves haya cambiado de nacionalid­ad, eso no altera la infracción denunciada y cometida mientras la restricció­n se encontraba vigente.

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FOTO: ARCHIVO ►► Barco que traslada salmones en la zona sur de Chile.

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