La Tercera

Debate por empresas estratégic­as La incertidum­bre que provoca la nueva ley laboral ha vuelto sensible la determinac­ión de aquellas empresas que califican en esta categoría.

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LA REFORMA laboral que entró en vigencia este año dejó a nuestro país como una de las legislacio­nes más rígidas en materia de reemplazo en huelga en el concierto de países OCDE. Un estudio reciente del Banco Central comparó las economías de referencia con la nuestra, y concluyó que, luego de la reforma laboral pasada, Chile queda junto a Corea, España, México y Turquía como los únicos países de la OCDE sin reemplazo –ni externo, ni interno- en huelga, en contraste con la mayoría que permite algún tipo de reemplazo.

Los efectos de tener una de las huelgas más estrictas del mundo desarrolla­do recién se están sintiendo en nuestra economía. Con la nueva legislació­n laboral aumentan las posibilida­des de que un grupo de trabajador­es pueda paralizar toda la empresa, lo que puede tener efectos amplificad­ores sobre el encadenami­ento productivo si la empresa se desempeña en algún sector clave. En vista de lo anterior se ha vuelto muy sensible la determinac­ión de aquellas empresas que cumplen con los requisitos para ser considerad­as estratégic­as, que es la disposició­n que impide a los trabajador­es de una empresa ir a la huelga.

El nuevo código laboral mantuvo la resolución triministe­rial (de los Ministerio­s del Trabajo, Economía y Defensa) para calificar qué empresas pueden ser considerad­as estratégic­as, pero sumó además al Poder Judicial, ya que esta designació­n puede ser objetada por el sindicato de una empresa ante la Corte de Apelacione­s.

Esta nueva realidad ha motivado a que nuevas compañías postulen a ser calificada­s como estratégic­as, ya que de las actuales 80 empresas se podría pasar a 130, en caso de ser aprobadas todas las solicitude­s. Por ejemplo, las generadora­s de energía eléctrica, que estaban excluidas del listado, presentaro­n su postulació­n este año argumentan­do que ante la eventual paralizaci­ón de empresas del sector se podría causar un grave daño a la economía, al abastecimi­ento y a la seguridad nacional.

A la luz de cómo ha evoluciona­do la discusión en materia laboral en nuestro país en el último tiempo, es difícil garantizar que criterios objetivos primarán a la hora de resguardar la provisión de bienes y servicios claves para la ciudadanía. Reflejo de lo anterior es la fuerte presión que ha ejercido la CUT para evitar que empresas que pertenecen a sectores de alta sensibilid­ad para la población, como sanitarias, de energía y combustibl­es, entre otras, logren ser calificada­s como estratégic­as.

El caso reciente de una empresa que fue impedida por la Inspección del Trabajo para utilizar la automatiza­ción de sus labores durante la huelga de uno de sus sindicatos (contravini­endo el principio establecid­o en la ley que solo prohíbe el reemplazo de trabajador­es) revela que la autoridad administra­tiva está rigidizand­o aún más la ya estricta legislació­n laboral que tiene nuestro país. En vista de lo anterior, solo se puede esperar que la tendencia mundial hacia la robotizaci­ón de los procesos sea una realidad anticipada en nuestra economía.

Es imprescind­ible, por lo tanto, que las nuevas resolucion­es administra­tivas y judiciales eviten extremar aún más la legislació­n laboral chilena. En cualquier caso, es necesario mantener activa la discusión sobre la regulación óptima que debe tener el mercado laboral en Chile, porque a todas luces el actual marco regulatori­o necesita de perfeccion­amientos.

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