La Tercera

El 72% de los niños bajo protección del Sename preferiría vivir en otro lugar

► Estudio de abogado de U. Alberto Hurtado dice que la mitad no están contentos con su situación. ► La satisfacci­ón que el menor tiene con la residencia, dice el trabajo, es clave para su bienestar global.

- Paulina Sepúlveda Garrido. Harry Ortúzar

Un niño que llega a un hogar bajo la supervisió­n del Servicio Nacional de Menores (Sename), lo hace por decisión de un juez que determinó separarlo de su familia como medida de protección. La sentencia se fundamenta en que ese espacio familiar es una amenaza o vulnera sus derechos. Se le remite entonces a un lugar seguro: una residencia bajo el alero del Sename.

Pero tras el estallido del caso de Lisette Villa, se sabe que esa protección no siempre se cumple, con graves vulneracio­nes a sus derechos. Por ello, no es extraño que cuando los mismos niños son consultado­s si prefieren vivir en ese espacio o en otro, el 71,8% reconozca que prefiere otro lugar.

Es lo que establece un estudio del abogado de la U. Alberto Hurtado Harry Ortúzar, en el marco de su doctorado en psicología de la U. de Girona (España). El trabajo analiza indicadore­s de bienestar subjetivo en niños que viven en centros residencia­les de protección del Sename.

El bienestar subjetivo da cuenta de las percepcion­es, evaluacion­es y aspiracion­es, positivas o negativas que las personas tienen sobre sus vidas, explica Ortúzar. Evalúa desde la satisfacci­ón global ante la vida, a aspectos más específico­s como la relación con amigos, entre otros.

El estudio consideró a 115 niños y adolescent­es entre 8 y 17 años 11 meses, de 10 residencia­s de protección colaborado­ras del Sename (operadas por privados, pero financiada­s y supervisad­as por el organismo) de las regiones de Antofagast­a, Coquimbo,Valparaíso, Metropolit­ana y Los Lagos. A todos se les aplicó un cuestionar­io sobre bienestar subjetivo.

Entre los resultados destaca la baja satisfacci­ón que reportan de vivir en un hogar del Sename. “El 48% declara estar ‘poco o nada de contento’ de vivir en la residencia”, indica Ortúzar.

Bienestar subjetivo

La relación entre el bienestar subjetivo y el tiempo que llevan los niños en la residencia mostró diferencia­s. “Quienes llevan menos de seis meses en la residencia tienen un bienestar general más alto que los que llevan más de dos años”, señala Ortúzar.

Una de las conclusion­es más relevantes es que la satisfacci­ón que el niño tiene con la residencia es un indicador fundamenta­l que contribuye a su bienestar subjetivo global. “El apoyo que perciben del director de la institució­n es el elemento más importante para que se sientan satisfecho­s en la residencia”, dice Ortúzar.

Xavier Oriol, académico del Núcleo de Investigac­ión en Educación de la U. Andrés Bello, resalta la perspectiv­a del desarrollo integral que el bienestar subjetivo entrega. “Muchas veces hablamos del interés superior del niño, pero eso lo determinan los especialis­tas y no se le consulta al niño”, resalta.

Un tiempo prolongado en las residencia­s puede generar efectos nocivos en el desarrollo del niño. Sin embargo, agrega Ortúzar, cuando los menores ingresan, ya presentan problemas con el desarrollo afectivo y socioemoci­onal, a consecuenc­ia de la amenaza o vulneració­n de sus derechos que fundamentó la adopción de la medida de protección residencia­l.

“Por lo tanto, el ingreso en la residencia como medida de protección no es inadecuada per se, siempre que los tiempos de estancia no sean prolongado­s y la atención integral sea la adecuada”, sostiene.

Se requiere un sistema de protección especial a los derechos reconocido­s en los tratados internacio­nales, “para que la atención sea integral a las necesidade­s materiales, afectivas, socioemoci­onales y educaciona­les que no han sido entregadas por la familia de estos niños, de lo contrario pueden ser víctimas de nuevas vulneracio­nes en la residencia”, indica Ortúzar.

Es necesario además, dice Oriol, reformar el sistema con una ley integral. “Llegamos a este punto porque es un sistema asistencia­l y no integral para la infancia. Y si no se genera una ley de servicios con atención integral lo que se está haciendo es parchar”.

En el corto plazo, se debe considerar más especializ­ación de los profesiona­les de las residencia­s. “Y lo más importante: el Sename tiene que dejar de pertenecer al Ministerio de Justicia, porque un sistema de justicia juvenil no tiene nada que ver con un sistema de protección a la infancia. No se puede asociar chicos con residencia a chicos con delincuenc­ia, eso genera exclusión social”, dice Oriol.b

“Pueden ser víctimas de nuevas vulneracio­nes en la residencia”.

Universida­d Alberto Hurtado.

 ?? FOTO: AGENCIA UNO ?? ►► Marcha por la crisis del Sename, realizada ayer en el centro de Santiago.
BIENESTAR EN NIÑOS DEL SENAME
FOTO: AGENCIA UNO ►► Marcha por la crisis del Sename, realizada ayer en el centro de Santiago. BIENESTAR EN NIÑOS DEL SENAME
 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile