VENEZUELA Y LA DICTADURA MAL DISFRAZADA
SEÑOR DIRECTOR
Las decisiones políticas que ha ido adoptando el gobierno venezolano, especialmente en la época en que Nicolás Maduro ha estado en el poder, derivan en que muchos califiquemos a su sistema de gobierno como una dictadura. No obstante, muchos gobiernos latinoamericanos, en virtud de una cobardía política que instrumentaliza el principio de no injerencia reconocido en la Carta de Naciones Unidas, han optado por hacer llamados a la reinstalación del estado de derecho sin llegar a cualificar al gobierno de Maduro como uno dictatorial.
A partir de lo que han sido sus políticas y últimas decisiones, como el condicionamiento a la autonomía del poder judicial, la ideologización de instituciones republicanas como el Servicio Electoral, el no respeto a normas constitucionales y la restricción material y jurídica que sufre la oposición y por la que no puede gozar de los mismos derechos que sí tienen los partidos oficialistas, el sistema de gobierno cumple con las condiciones necesarias para ser calificado como una dictadura.
No obstante, tiene un matiz respecto de la forma característica con la que suelen describirse los gobiernos dictatoriales. La intención de Maduro es perpetuarse en el poder disfrazando su sistema político con el ropaje electoral característico de los sistemas democráticos. Por ello resulta fundamental entender que la instalación de plebiscitos y referéndum no es condición esencial para cualificar a un gobierno como democrático. Esta cualificación se alcanza cuando un sistema político, además de ofrecer derechos civiles y políticos, es respetuoso de los derechos humanos y de
Felipe De Pujadas Abadie Concejal de Las Condes Álvaro Delgado Martínez Concejal de La Reina
Gastón Josephson Reizin